No hay revolución en Bolivia. Al menos en el plano de derechos sociales y la igualdad ante la ley para los homosexuales, como quedó demostrado tras un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional que cierra la puerta a que personas del mismo sexo se puedan casar.
El TCP -que tras 10 años de gobierno de Evo Morales está poblado de cercanos al mandatario- declaró inconstitucional un parágrafo de la Ley de Identidad de Género de ese país que se refiere a los derechos y obligaciones de quienes se cambien de sexo.
El Gobierno de Morales impulsó esta ley el año pasado con miras a que las personas transexuales y transgénero, mayores de 18 años, puedan cambiar de nombre, género y de imagen en todos los documentos de identificación legal.
Sin embargo, la sentencia del TCP -apoyada por sus ocho miembros- impide que las personas del mismo sexo puedan contraer matrimonios, adoptar hijos o ejercer todos los derechos políticos. En cambio declaró constitucional los artículos relacionados con el cambio de nombre, imagen y fotografía.
El rechazo al matrimonio igualitario fue impulsado desde la oposición, específicamente por el diputado Horacio Pope, que junto a otros congresistas de la derecha presentaron un recurso para buscar esta declaratoria de inconstitucionalidad. Su excusa, como suele ser en estos casos, fue la familia.
“El TCP declara inconstitucional el parágrafo II del artículo 11 de la ley de identidad de género, que daba supuestamente el derecho de contraer matrimonio de personas del mismo sexo de poder adoptar y acceder a ciertos beneficios como a cuotas en instancias de poder”, declaró Pope según recoge el diario El Deber
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Tras el fallo, la comunidad LGBTI de La Paz protestó en la Plaza Murillo -donde se encuentra el poder ejecutivo-.
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