A fines de los años 70’s, el movimiento panafricanista había logrado expulsar de su continente a casi todas las potencias colonialistas, impulsoras de aquella Libertad, Fraternidad e Igualdad solo para los blancos, y eran pocos los territorios africanos que aun no gozaban de autodeterminación y soberanía.
Por entonces, el ex presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, era uno de los símbolos de lucha y resistencia, luego de que en 1980 lograra materializar la liberación del territorio de Rodesia para firmar la independencia de la nueva república de Zimbabue.
Para celebrar la nueva independencia, los miembros de la Unión Nacional Africana de Zimbabue organizaron una fiesta de grandes proporciones a la que invitaron a distintas celebridades negras alrededor del mundo, entre ellas Bob Marley, el cantante de reggae más popular del planeta. Aunque se dice que Mugabe no estaba de acuerdo con la participación de Marley en el evento, por considerarlo demasiado contestatario y una mala influencia para la juventud de su pueblo.
Algo diferente consideraban los jóvenes de la nueva nación, para quienes Marley era una leyenda vivienda y su álbum Survival la biblia de aquella religión. Este álbum sería la declaración musical más política del jamaiquino, ya que contaba con temas como Africa Unite, Survival, Ambush in the Night y claro Zimbabwe, una composición en homenaje al que sería el nuevo país.
Pese a la resistencia de Mugabe, que prefería invitar a Cliff Richard o a Jimmy Cliff, los primeros contactos con Marley se dieron en marzo de 1980, varias semanas antes de la ceremonia oficial. En un comienzo, la idea era solo que asistiera como un invitado más, por lo que la invitación para él y su esposa, pero Marley dijo que solo iría si podía hacer un concierto.
Así, finalmente Marley y sus músicos llegaron hasta la antigua colonia británica el 16 de abril de 1980 donde los esperaba una multitud de fanáticos, entre los que se encontraba más un exguerrillero de la lucha por la liberación del país.
El día siguiente, el músico viajó hasta Mutoko, para pasar un tiempo con los cultivadores de marihuana de este pueblo a 143 kilómetros de la capital Harare. En las últimas horas de Rhodesia, el 17 de abril, miles se congregaron en el estadio Rufaro en Mbare, uno los suburbios de la capital y epicentro de la lucha independentista.

Recibimiento oficial de Bob Marley en Harare. A la derecha, Robert Mugabe. Foto: Errol-Brown.com
El ambiente en Harare y en todo el país africano era de fiesta. Las horas pasaban y la euforia se sentía en las calles. Los zimbabuenses asistían al nacimiento de un nuevo país vestidos con camisetas y gorras con el rostro de Robert Mugabe. Y en la media noche, en el estadio Rufaro, izaron por última vez la bandera del Reino Unido en presencia del Príncipe Carlos.
La presentación de Bob Marley & The Wailers estaba programada para las 10 de la noche, pero Zimbabue no estaba preparada para semejante acontecimiento. Marley era un rockstar, una estrella y su espectáculo debía estar a su altura. El país nunca antes había visto un equipo musical tan grande. Montones y montones de altavoces similares a los exhibidos durante el Festival de Woodstock se encontraban en el Estadio Rufaro el 18 de abril de 1980 para celebrar una nueva era.
A las 8 de la noche los Wailers llegaron al Estadio Rufaro, abriéndose camino entre bambalinas. La ceremonia ya había comenzado, pero los asistentes al estadio sabían que para ver a Marley tendrían que esperar a que terminaran los actos protocolarios.
Finalmente a las 10 de la noche, tras una larga serie de discursos, himnos y saludos a la bandera, Robert Nesta Marley y su banda subió al improvisado escenario, levantado en apenas seis horas esa misma tarde. Con el puño levantado, Marley gritó “Viva Zimbabwe”, a lo cual el público respondía con más energía.
“Fue un momento conmovedor; Bob Marley toma una postura de celebración en el escenario principal, gritando “¡Viva Zimbabwe!” Cada vez provocando una mayor respuesta de la audiencia “, decaró a la revista Semana Bob Zindi, escritor y periodista. “Fue un momento lleno de posibilidades. El Rastafari en nuestra tierra. Una comprensión de la unidad inherente en la cultura negra, tan emotiva para el público como para la banda. De regreso a casa”.
El concierto no estuvo exento de altercados. Cuando comenzó a sonar el primer tema, cerca de 90.000 personas que no habían podido acceder al recinto y se encontraban en las inmediaciones trataron de entrar en el estadio. Los antidisturbios encargados de mantener la seguridad en el evento decidieron responder con granadas de gas lacrimógeno, golpes de porra y disparos al aire. El humo de las granadas pronto llegó al interior del estadio y el concierto se suspendió. Hubo que esperar tres cuartos de hora para que Marley pudiera retomar la actuación e interpretar el himno de batalla que había compuesto el año anterior y que trataba sobre la lucha revolucionaria que había vivido aquel país.
La reacción de la policía zimbabuense fue a todas luces desproporcionada, lo que para Timothy White, autor del libro ‘Bob Marley: el gran icono de la cultura reggae, un músico genial y un símbolo de liberación’ influyó en la actitud que el cantante adoptó para el resto del concierto. “El canto de Marley carecía del mordiente acostumbrado. El episodio que había vivido momentos antes había hecho añicos la visión de una solidaridad africana negra que él había llevado consigo en aquel viaje a Zimbabue”, relata el autor
El repertorio que tocó la banda esa noche estaba compuesto en su mayoría de canciones con un fuerte mensaje político. Temas como War-No More Trouble, Chantdown Babylon, Africa Unite, Get Up Stand Up y Zimbabwe, la cual se convirtió en un himno para el nuevo país, resonaron a lo largo del estadio Rufaro por media hora.
El concierto de Marley en Zimbabue es quizás uno de los más cortos de su carrera, pero también fue el de mayor significado. El solo hecho de haber llevado a una de las máximas figuras de la música popular a un sitio tan recóndito como la antigua Rodesia era motivo de gozo. Un gozo que los zimbabuenses esperaban mantener tras su independencia del Reino Unido.
Estas son las imágenes del mítico concierto: