Los últimos años de Luis Magín Díaz son los de una película que termina bien aunque él muera: después de muchos años de componer y cantar, un grupo de artistas decide rendirle un homenaje, resaltar su importancia dentro del folclore caribeño colombiano y “rescatan” su música. Aunque esta nunca estuvo perdida.

A los 91 años, el músico hace conciertos en distintas ciudades de Colombia, cantantes como Carlos Vives y Toto la Momposina se unen para hacerle un homenaje y graban un disco. El reconocimiento a su trabajo llegaba, tarde pero en vida. El trabajo recopilatorio se llamó Magín Díaz, El orisha de la Rosa, en alusión a uno de sus temas más famosos: Rosa.

Meses después, el reconocimiento a este hombre transcendió las fronteras con dos nominaciones en los Premios Grammy Latinos. Un par de años atrás, el hombre de Gamero, un pequeño corregimiento al sur de Cartagena, no habría imaginado que al final de sus días vería la fama y el glamour que nunca antes buscó.

Cuando le llegó la invitación no lo dudó un segundo: Vamos a Las Vegas “pa’ ir a que me conozcan, pa’ que me vean bailar y cantar”, emprendió el viaje más decisivo de su vida artística. Con certificados médicos, su estricta voluntad, el apoyo familiar y la bendición de su pueblo, motivados por quienes consideraban que valía la pena hacerle este sueño posible y respetando la dignidad de su decisión, partió a Las Vegas para, el 16 de noviembre, recibir noticias de sus nominaciones y mostrarle al mundo que aún así, “viejo y trabajoso” -como hablaba de sí mismo haciendo mofas-, estaba listo como un roble pa’ ir a donde su arte y música lo llevaran.

Fue allá donde lo encontró una arritmia cardíaca que después de dos semanas de hospitalización le ganó la pelea. Antes, eso sí, se alzó con un Latin Grammy, se posicionó como el nominado y ganador más veterano en esta ceremonia y quedó nominado a un Grammy Anglo. Sus sueños eran convertirse en leyenda y que su música sonara en todo el mundo. Lo logró.

“El ciempiés, como reza su canción, lo picó y ninguno de nosotros pudo darle con un palo. Como si fuera una mofa, una morisqueta o una broma del Santo Místico de la Infancia Eterna, el ciempiés picó, y picó duro”, dice el cariñoso comunicado con el que sus familiares informaron su muerte.

“Los invitamos a no sufrir por Magín, él hizo lo que quiso en toda su vida, hasta Las Vegas llegó, cantó, bailó y luchó hasta el final.
Disfrutó su triunfo en los Grammy Latinos y hoy, cuando anuncian la otra nominación en los Grammy Anglo, se va dejando una huella musical dentro de Latinoamérica como uno de los más grandes”.