El Congreso español dio un paso para reconocer a ciertos animales como seres vivos -“seres sintientes” específicamente- y puedan ser sujeto de derecho, para reemplazar su concepción legal como un objeto.

La ley, propuesta por el derechista Partido Popular, ha tenido una acogida unánime en el Parlamento, la única unanimidad en un país que parece unido a la brava y cuyo gobierno se sostiene en pactos frágiles. Hasta la fecha, el Gobierno de M. Rajoy no ha aprobado una sola ley orgánica este año. Ningún real decreto legislativo. Solo nueve leyes, la mayoría adaptaciones de normas europeas.

Si bien todos los grupos parlamentarios mostraron su respaldo a la propuesta -incluyendo a los catalanes- varios cuestionaron el interés por los animales del partido emblemático de los aficionados a los toros. “Si ahora son seres sintientes ¿no siente un toro?”, dijo el parlamentario de PDeCAT, Sergi Miquel.

La nueva ley no ampara a los toros y solo se refiere a lo que se consideran mascotas -gatos y perros en su mayoría- que hasta hoy eran considerados bienes muebles, como un televisor o una nevera y que podría ser embargado a su dueño.

Pese al apoyo transversal, El País recoge los cuestionamientos del Partido Animalista (PACMA), el mayor partido extraparlamentario en número de votos, para quienes la ley, siendo positiva, se queda corta. Según ellos los animales “seguirán siendo propiedades, se les podrá comprar y vender, se podrán usar en espectáculos y podrán ser explotados, seguirán siendo cosas”.

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