El escándalo por los pagos de sobornos a lo largo de América Latina de parte de la constructora brasileña Odebrecht sumó otra víctima esta semana, después de que el vicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas, fuera condenado a seis años de cárcel por recibir millonarios sobornos.

La Corte Suprema ecuatoriana determinó que Glas, de 48 años, fue el autor de un esquema de asociación ilícita junto a otras cuatro personas, incluyendo a su tío Ricardo Rivera, quien ayudó a que el funcionario recibiese coimas por 13,5 millones de dólares.

El caso de Glas abrió un quiebre profundo entre el ex presidente Rafael Correa y su sucesor, Lenin Moreno. Correa ha acusado a Moreno -vicepresidente durante sus ocho años de gestión- de traición y de tratar de echar por tierra la denominada Revolución Ciudadana. Tras conocerse el fallo contra Glas, Correa aseguró que Ecuador tenía ya su primer preso político.

El vicepresidente se encontraba suspendido de funciones y su condena lo convierte en el funcionario de más rango en la región en caer por la red de corrupción de Odebrecht, donde se encuentran comprometidos también Luiz Inácio Lula da Silva, Juan Manuel Santos y Pedro Pablo Kuczynski.

En el caso de Glas, otros tres acusados fueron condenados a 14 meses de cárcel por haber “cooperado” con la investigación.

Esta condena podría abrir la puerta a nuevos procesos contra el ecuatoriano por delitos como peculado, cohecho y enriquecimiento ilícito, que son imprescriptibles y con sanciones de hasta 13 años de cárcel.

Los abogados de Glas calificaron el fallo como una aberración y aseguran que apelarán la sanción. Esta impugnación dejará en suspenso el fallo judicial hasta que sea resuelta por el tribunal y Glas -a quien el Congreso le retiró la inmunidad por pedido de él para ser enjuiciado- está en arresto preventivo desde el 2 de octubre, condición en la que se mantendrá sin perder aún el cargo.