El colectivo cruceño termina el 2017 anunciando la convocatoria para uno de sus más ambiciosos proyectos “El Contenedor”, con duración de dos años que da continuidad a su línea guía de acción donde el arte es el motor principal para la transformación social.

A comienzo de este año se vivió una rencilla absurda en un grupo de whatsapp denominado “Gestores Culturales” en Santa Cruz, Bolivia. En el grupo se debatía si los integrantes del colectivo ARTErias Urbanas eran “gestores culturales” o “solamente promotores culturales”. Mientras esto sucedía en esa plataforma virtual, en el barrio Jardín, ubicado en lo que hasta hace algunos años podía considerarse la periferia de la ciudad, se organizaba el Manifiesto Urbano, una de las principales actividades que coordina esta agrupación, que busca involucrar en una dinámica artística y cultural a los jóvenes de pocos recursos de la ciudad de los anillos.

Sin necesidad de nombres o cargos públicos, el colectivo trabaja desde hace ocho años gestionando espacios, eventos y políticas que tienen que ver con el quehacer cultural en Santa Cruz, demostrando ser uno de los grupos más activos del país, llegando a armar redes no solo entre la periferia y el casco viejo cruceño sino también con otras ciudades de Bolivia y el mundo.

Este 2017 lo finalizan con el lanzamiento de la convocatoria para quizás su proyecto más osado: El Contenedor, que como su nombre lo indica, trata de contener –no solo como espacio físico sino también simbólico- a las diferentes líneas de acción que se articulan desde el colectivo; donde la formación, la reflexión y la toma del espacio público ponen al arte como principal motor para la transformación social.

Para ARTErias Urbanas, El Contenedor les permite volver a sus inicios, cuando salían a recorrer los barrios con su bibliobús en un momento en que Santa Cruz no contaba con muchos espacios artísticos y la mayoría se encontraba inserto en el centro de la ciudad, replicando los modelos de exclusión.

“La programación cultural sigue estando en el centro, lo cual representa para nosotros una necesidad de conformar otros espacios y a lo largo de los años hemos aprendido cuales son las metodologías necesarias para acercarnos a la gente, por lo cual hemos diseñado una programación dentro del contenedor exclusiva para niños, para jóvenes y una familiar”, explica Oscar Soza, parte del colectivo.

De esta manera El Contenedor se moverá cada semestre con una estación que permanecerá por tres meses en áreas verdes y parques urbanos cruceños, los cuales están distribuidos por diferentes distritos en la ciudad.

Son cuatro estaciones que se planean concretar hasta el año 2019.

La convocatoria para la primera estación Especies de Espacios está abierta hasta el 15 de enero del 2018, la postulación es única y exclusivamente mediante la pagina https://www.elcontenedor.org

Soza explicó que para la selección hay dos instancias: la primera el envío de una declaración que muestre los intereses, los puntos de acción y la forma de pensar del artista y la segunda instancia que incluye la presentación de un portafolio que les permita evidenciar y aclarar la primera instancia.

Los tres seleccionados serán parte de un laboratorio de creación y producción exclusivo para El Contenedor con un fondo de Bs. 2.000.

La primera estación “Especies de Espacios” invita a pensar sobre el espacio público, el espacio del arte y la relación entre estos. “Utopias”, es la segunda estación y tiene una vocación netamente reflexiva, la tercera es “Historias Marginales” que busca visibilizar experiencias que no son parte del ‘mainstream’ cultural nacional y por último, la cuarta estacion “Saberes Ancestrales” quiere compartir conocimientos de pueblos originarios.

Dentro de las actividades paralelas se incluyen un ciclo de cine, talleres, charlas y darle seguimiento a su programa de huertos urbanos.

“Buscamos ampliar la consciencia en la creación de la ciudad: con un mapa y juegos los niños descubren el espacio y la exposición mientras crean sus propias obras y reflexionan sobre estos”, adelantó Soza, comentando que se mantendrán las intervenciones artisticas del colectivo como ser el performance, la acrobacia, conciertos y la práctica del graffiti-mural.

El proyecto no podría ser posible sin el compromiso de algunas instituciones gracias a alianzas estrategias que realizó el colectivo con la Secretaría Municipal de Cultura Patrimonio y Turismo a través del Museo de Arte Contemporáneo, el Centro Cultural Pedagógico Simón I. Patiño y la Alianza Francesa.

Rumbo a los 10 años de vida

“Este año nos sorprendió el apoyo y apertura de las instituciones para proyectos que hemos estado gestionando en estos ocho años pasados, un ejemplo fue el Manifiesto Urbano en la última versión realizó sus actividades en conjunto a Cochabamba y La Paz en lo que fue la Ola Urbana”, comenta Soza que destacada la aceptación y vinculación del público.

Para Sosa el crecimiento demográfico y económico de la ciudad la ha convertido en un crisol cultural, lo cual, según el artista, ha generado más espacios culturales pero a la vez un mayor público interesado, por lo cual la autogestión ya no solo es un sueño sino una realidad.

“Dado que ARTErias no es, ni busca ser una institución, ver que nuestros propios mecanismos de sostenernos están funcionando es alentador”, añade Soza.

Otra noticia alentadora es que este 2017 se volvió a habilitar el Galpón ARTErial que se encuentra ubicado en la Radial 26 en el barrio Jardín. En sus primeros seis meses de re-apertura ha sumado diversidad de actividades como ser ciclos de cine, presentaciones de libros, fiesta culturales, conciertos y talleres, entre otros.

La gestión de ARTErias Urbanas también tiene al territorio como un campo de acción importante, es así que desde el galpón se articulan las actividades con la Biblioteca Municipal del Barrio Oriental donde trabajan junto a su programa más social y educativo que es la Escuelita de Arte.

“Nuestro rango de acción siempre han sido los barrios donde realizamos las intervenciones colectivas con grafitis murales. También nos relacionados con el centro e instituciones para poder mostrar nuestro accionar. Pero dado que ARTErias no es una persona, sino una colectividad, todos proponen espacios y nos sumamos a otras iniciativas de amigos, es así que hemos participado en proyectos en los contornos de la ciudad, en poblaciones anexas, otros departamentos e inclusive como representantes afuera del país”, comenta Soza.

Además del proyecto El Contenedor que tiene una duración de dos años hasta el 2019, ARTErias Urbanas volverá con el Manifiesto Urbano con una plataforma de formación anticipándose de esta manera a la Ola Urbana.

También el próximo 2018 se potenciará el proyecto audiovisual ART30”.

“Tenemos un archivo de gran riqueza que es una memoria audiovisual acerca de la producción y los artistas en el medio, por lo cual estamos preparando una edición especial”, finalizó Soza.