Comenzamos este año recordando los treinta mejores discos de rock que cumplen medio siglo desde su lanzamiento. El año 68 será recordado como el de la explosión social en Francia, el cuestionamiento del orden mundial de la post guerra y la internacionalización de la guerra de Vietnam. Musicalmente, esto se condensó en grandes obras como el disco blanco de The Beatles, el Beggars Banquet de los Rolling Stones o el Waiting for the sun de The Doors.
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Por Woody Jagger
1º THE JIMI HENDRIX EXPERIENCE – Electric ladyland
En el artefacto sonoro que se oculta tras esa gloriosa portada donde unas bellas damiselas posan como Dios las trajo al mundo y en aparente estado de semi-emporramiento se halla la potencia suprema del rock&roll con una Fender Stratocaster que supura sexo, sudor y placer. Todo jadeos y lujuria en el tercer álbum del gran maestro. Psicodelia y blues-rock hasta alcanzar el clímax con la guitarra como reina absoluta.
2º THE BEATLES – White album
Blanquísimo en su portada y además doble, cual si fuera el centro de una diana con el fin de ser el principal objeto de las miradas. Pero el noveno álbum de los cuatro fabulosos tenía mucho nivel además de esa sobria y simple fachada. Era el principio del fin, donde la creatividad individual de los Fab Four primaba sobre el concepto de grupo. La lista de temazos con variedad de influencias y estilos que contiene es memorable.
3º THE VELVET UNDERGROUND – White light, white heat
Tras el platanazo que se introdujo sin pena y con futura gloria por el ojete de la historia llegó la auténtica biblia negra del rock durante el mismo año en que los Beatles lo veían todo blanco. Experimental, anfetamínico, despojado de cualquier artificio, garagero, protopunk, sin Nico ni Andy Warhol, repleto de noise y de feedback. Las drogas, el sexo, el travestismo,…, todo tan crudo, implacable o extremo como puede ser la dura realidad.
4º THE KINKS – The Village Green Preservation Society
Este ecológico y rural álbum es un brillante compendio de emociones diversas que, unidas para la causa, acabaron teniendo una apariencia conceptual. Estupendísimos arreglos que lo ayudaron a crecer con el transcurso del tiempo hasta convertirse en, quizás, el álbum de mayor reconocimiento del grupo entre sus seguidores. Muy recomendable al compás de un picnic campestre.
5º VAN MORRISON – Astral weeks
El segundo álbum de “El León de Belfast” en solitario sorprende por el magnetismo que desprende con su combinación de folk, jazz y blues. Misticismo y sensibilidad a partes iguales. Cósmico, inalcanzable por quienes pretendan imitarle o inspirarse en él. Punto de partida de la Big Music y de los que sobrevivirán en el espacio sideral por los siglos de los siglos.
6º ARETHA FRANKLIN – Now
Cuánto ritmo, cuánto soul, cuánto gospel, cuánta grandeza. Solamente por comenzar con “Think” o incluir “I say a little prayer” ya podría estar en el Olimpo de los dioses, pero hay mucho más, tanto que el desperdicio en este disco de la “Reina del Soul” brilla por su ausencia. Ahora y siempre Aretha.
7º THE ROLLING STONES – Beggars banquet
Y sus Satánicas Majestades alcanzaron la cima del rock de la que tardarían en bajar. Rhythm&blues con matices psicodélicos y de música country que determinarían definitivamente el auténtico sonido stoniano marca de la casa. La censura de su portada original, su posicionamiento crítico a nivel social y la inclusión de mi canción preferida de todos los tiempos “Sympathy for the devil” son motivos suficientes para que considere este álbum como un banquete supremo.
8º JEFF BECK GROUP – Truth
El debut de este poderoso guitarrista con su nuevo proyecto tras su paso por los míticos Yardbirds fue verdaderamente apabullante. Y para ello nada mejor que acompañarse de gente como Rod Stewart de vocalista o Ron Wood al bajo, entre otros. No tengo dudas de que se trata de uno de los mejores discos de la historia dentro de su exuberante y pletórico blues-rock.
9º ERIC BURDON & THE ANIMALS – Love is
El genio británico de Newcastle continuaba con paso rebelde y decidido como guardián de las esencias del rhythm&blues más psicodélico. Amor, mucho amor en el que quizás sea a mi gusto el mejor disco de su maravillosa segunda etapa y quizás el más desconocido como álbum aunque contara a nivel anecdótico en la banda acompañante con un joven Andy Summers, futuro ilustre miembro de The Police.
10º CANNED HEAT – Boogie with Canned Heat
El segundo álbum de esta banda de Los Ángeles es todo un clásico de blues-rock nunca suficientemente reconocido o reivindicado. El uso del piano o de la armónica, el intercambio guitarrero, el ritmo y la novedad de composiciones propias dotan a este disco de magia y de un poderío que traspasa las barreras generacionales.
11º TRAFFIC – Traffic
Qué pasada. Cuánto me gusta el que considero mi disco preferido de Steve Winwood y Dave Mason. Sus melodías llevan consigo en primer lugar una elaborada psicodelia pero también aparecen buenas dosis de blues-rock, de folk, de soul o de country. Debería estar siempre entre los grandes, y no entre los ocultos.
12º MUDDY WATERS – Electric mud
El gran maestro evangelizador resucitó empleando las mismas cartas de los que trapicheaban con su herencia. Con un nuevo tratamiento dermoestético se acercó al blues eléctrico y al rock psicodélico que comenzaba a despuntar vía Hendrix. Es hora de que puristas y críticos especializados se arrodillen ante este infravalorado y sigiloso artefacto sonoro.
13º CREAM – Wheels of fire
Tercer glorioso álbum doble del 68 junto al “Electric ladyland” de Hendrix y “The white album” de los Beatles y en el que constan dos partes bien diferenciadas, una primera en estudio y una segunda en directo pero unidas ambas por la misma causa: recuperar la esencia de clásicos como Robert Johnson, Willie Dixon o Howlin’ Wolf realizando un blues rock psicodélico con ruedas de fuego de altos vuelos.
14º THE BYRDS – Sweetheart of the rodeo
El fichaje de Gram Parsons dio un vuelco a los métodos de esta imprescindible banda. McGuinn se bajó los pantalones y el country se impuso definitivamente en un disco que encajaba más con la línea del posterior proyecto de Parsons y sus Flying Burrito Brothers. Entre dos versiones de las “Basement tapes” de Dylan se hallaba la primera llave que abriría el hermetismo del country. Más fundamental de lo que aparenta.
15º DR. JOHN – Gris-gris
Influenciado principalmente por el Professor Longhair, el primer trabajo de este subestimado pianista y compositor de Nueva Orleans es de una extremada originalidad con sus montajes de blues, de rock psicodélico y de ritmos tribales. A estas alturas de la vida sus “viajes nocturnos” de tonos grisáceos y sombríos todavía sorprenderían a más de uno.
16º ERIC BURDON & THE ANIMALS – The twain shall meet
El líder de los Animals estaba en el momento más álgido de su segunda etapa musical durante aquel año 68. Eran tiempos de contracultura, de hippismo, de antibelicismo, que, unidos a una experimentación sónica dieron como resultado este brillante ejemplo de rhythm&blues lisérgico. Creo que a lo mejor estoy soñando (o quizás no).
17º BIG BROTHER & THE HOLDING COMPANY – Cheap thrills
En el segundo y último álbum que participó Janis Joplin con esta banda destacan principalmente a mi gusto los temas de la “bruja cósmica del blues”. Original, heterogénea e incluso estridente portada en tiempos de hippismo, amor libre y LSD. Blues y rock psicodélico por doquier en otra prueba más de la grandeza musical en el verano del 68, ejem, igualito que ahora.
18º BILLY NICHOLLS – Would you believe
Joyita clásica agazapada entre las sombras de la historia del rock. Realizada por un joven prodigio de 18 años, rebosa calidad en todos sus poros. Espectaculares arreglos con importante carga de pop psicodélico, de magnetismo vocal y de arrebatadoras melodías. Más de uno no podrá curar su adicción cuando descubra este trabajo.
19º JOE SOUTH – Introspect
Recuerdo que mi vieja e imperecedera afición por los Georgia Satellites me hizo indagar en uno de sus principales referentes. Las composiciones de este músico fueron más conocidas en boca de otros artistas más populares. Algún día se debería tomar conciencia generalizada de la importancia de este honesto y fundamental baluarte del origen del rythym&blues sureño.
20º THE BAND – Music from Big Pink
El título del primer disco de estos canadienses, más famosos por acompañar en alguna gira a Bob Dylan, tenía que ver con el chalet de Nueva York llamado “Big Pink” en cuyo sótano se habían realizado la mayoría de sus composiciones. Evidentes influencias dylanianas con un sonido rústico que combinaba el country, el folk, el rock y el rhythm&blues y que supuraba austeridad e integridad a raudales.
21º THE SMALL FACES – Ogden’s nut gone flake
La banda de Steve Marriott se unió a la fiesta psicodélica imperante en el 68. Se trata de un disco conceptual con pasajes instrumentales y arrebatadoras melodías. A mi juicio su mejor trabajo, una obra maestra desconocidísima a nivel popular, quizás por la complejidad en su conjunto del resultado final..
22º THE PRETTY THINGS – S.F. Sorrow
Otros clásicos más que se vieron abducidos por el festín psicodélico de la época. Primera ópera-rock de la historia, con el mérito que eso conlleva a pesar de que siempre se cite el “Tommy” de los Who. A todos no les sientan los ácidos de forma tan saludable si después de la digestión se vuelven alcalinos.
23º TAJ MAHAL – Taj Mahal
Descubrí a este enorme clásico hace escasamente un año gracias a las reglas del personalísimo ritmo que lleva mi apreciado grandmaster Gonzalo. Y se abrió paso, y de qué manera. En su primer álbum homónimo brillan los nuevos aires de viejos clásicos del Delta del Mississippi como Sleepy John, Blind Willie McTell, Sonny Boy Williamson o Robert Johnson. Es de destacar la patética y hortera primera edición de la portada que impuso la discográfica con dibujitos de aves danzando alrededor del maestro.
24º CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL – Creedence Clearwater Revival
No es el mejor álbum de esta primordial banda pero en este primer homónimo se percibe claramente la línea que iba a seguir Fogerty y compañía. Insuperable la versión de la sobada “Suzie Q”. Comenzaban a conquistar el mundo con su sección rítmica, su blues, su country, su pop, su rock sureño y una voz que acabarían identificándola con la esencia del sueño americano. Ojalá la popularidad musical nunca hubiese dejado de estar exenta de calidad, como la de este caso.
25º OTIS REDDING – The dock of the bay
El álbum póstumo al fatídico accidente aéreo del rey del soul dista de ser a mi gusto su mejor trabajo a pesar de que se perciben variaciones en su sonido y de ser el más popular de su rápida e intensa trayectoria. Eso sí, es de justicia reconocerle todos sus méritos y resulta un lujo escucharlo sentado en el muelle de la bahía, al amanecer, viendo los barcos llegar y viendo cambiar la marea.
26º BLUE CHEER – Vincebus eruptum
Más revolucionario de lo que aparenta en el sentido de que nadie hacía un blues-rock en aquel 68 como el de este potente álbum de debut. Esta camuflada joya fue la génesis del futuro del blues y del hard-rock. En seis cortes, con sus psicodélicos riffs o con sus dos versiones de Eddie Cochran y B.B.King, sentaron las bases de un sinfín de grupos o artistas, desde Deep Purple a Humble Pie, pasando por Johnny Winter, Motorhead o Black Sabbath. Poderío, mucho poderío.
27º THE DOORS – Waiting for the sun

28º OS MUTANTES – Os Mutantes
Discazo clásico desde Brasil para el mundo. Psicodelia y tropicalismo entre acoples, distorsiones y saludables experimentaciones. El paso del tiempo los ha ido colocando en el sitio que merecen. Es más que posible que ilustres de la talla de los Talking Heads o de Beck no habrían encontrado su rumbo tan fácilmente sin la influencia de estos nativos de Sao Paulo.
29º DEEP PURPLE – Shades of Deep Purple
No lo sé con seguridad pero intuyo que el primer álbum de la mítica banda británica de hard rock no entraría en la quiniela de sus mejores discos entre sus fans más acérrimos, o quizás sí. A mí me encanta, de mis preferidos, desde sus versiones del “Hey Joe”, del “Help” o del “Hush” hasta el resto de composiciones con influencias entre Cream y Hendrix. No tengo dudas de que Ritchie Blackmore, Rod Evans y compañía perpetraron un estreno más que notable.