Para el periódico El Mercurio, de Chile, el activismo opacó el glamour en la alfombra roja de la ceremonia de entrega de los premios Globos de Oro, el domingo en la noche en Los Ángeles.
Un polémico artículo publicado en su edición del lunes no pasó desapercibido en las redes sociales de ese país, donde muchos replicaron a la casa periodísitca la jerarquización del mensaje o la priorización de lo banal.
Como evento mediático, el tema eran dos y eso lo sabía todo el periodismo decente: los premios en sí, dónde el drama Tres anuncios por un crimen de Martin McDonagh reinó y cómo iba a enfrentar Hollywood el escándalo por abusos sexuales tras las denuncias contra Harvey Weinstein.
En particular podía resultar de cierta forma morboso ver cómo reaccionaría un sector que de cierta forma ha hecho de la sexualización y cosificación de la mujer un negocio. Pero para El Mercurio la cosa fue simple: una nota central sobre los premios y una nota menor sobre cómo el activismo le cagó la noche a unos diseñadores de moda y se jodió la mostradera de piernas.
“Aunque de todas maneras fue una jornada con una altísima dosis de glamour, este fue realmente opacado por la caravana de famosos que llegaron vestidos de negro como parte de un mensaje”, se lamentaba el diario para seguir: “De hecho, los entrevistadores de E! ni siquiera preguntaron el nombre de los diseñadores de las tenidas exhibidas, como es la tradición”.
El texto reconocía la protesta y explicaba qué no se había visto ese glamour que tanta falta hace porque el activismo lo manchó.
“Ya no se trató solamente de una cinta de color en la solapa”, advertían.
Aunque un poco sí:
“Además de las tenidas, otros asistentes -como los actores Joseph Fiennes y Daniel Kaluuya- llevaban en sus solapas el logo de “time’s up” una campaña destinada a recaudar víctimas de acoso y abusos que no pueden pagar demandas legales y que ha sido impulsada, entre otras, por actrices como Reese whiterspoon y jessica chastain”.