Las negociaciones de paz del Gobierno colombiano y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional penden de un hilo después de que el grupo subversivo lanzara una ofensiva militar tras el final de un cese al fuego acordado por los negociadores en Quito.
El ELN decidió retomar sus ataques esta semana, tras el final de una tregua de seis meses, dinamitando oleoductos y lanzando granadas contra bases militares, por lo que el presidente colombiano ordenó a Gustavo Bell, el jefe de la delegación negociadora, volver a Bogotá para evaluar el futuro del proceso.
Así mismo, ordenó al Ejército “actuar con contundencia para responder a esta agresión”.
La noche del martes 9 de enero finalizó un cese al fuego bilateral, lo que fue aprovechado por la guerrilla para lanzar una serie de ataques que dejaron dos soldados heridos y serios daños en la infraestructura petrolera del país.
Según analistas, la guerrilla busca dar un golpe de autoridad para retomar las negociaciones bajo la idea de fuerza, sin embargo, su desafío al gobierno podría llevar al fracaso las negociaciones de paz iniciadas hace un año en Quito.
La quinta ronda de diálogos debía establecerse el martes 9 de enero con miras a ampliar el cese al fuego bilateral. Sin embargo, los atentados frustraron el comienzo y ahora todo está en manos de Juan Manuel Santos, quien no quiere verse débil frente al grupo guerrillero cuando aún no ha terminado de poner en práctica el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC firmado hace un año.
Mucho menos cuando Colombia se encuentra en plena campaña electoral y el caballo de batalla de la derecha es precisamente la promesa de acabar con las negociaciones y usar la fuerza contra los grupos subversivos, revirtiendo lo pactado con las FARC.
Los candidatos presidenciales de centroderecha, que ya tenían críticas a Santos por el acuerdo de paz con las Farc, arreciaron sus reparos al mandatario por insistir en el diálogo con esa guerrilla.
Iván Duque, correveidile del uribismo, aseguró que “el Gobierno permitió que el Eln se fortaleciera y se preparara para escalar el terrorismo. Al Eln hay que enfrentarlo con toda la autoridad, la justicia y el ejercicio legítimo de la fuerza del Estado”.
Marta Lucía Ramírez, quien busca ser candidata presidencial del partido conservador, dijo que el Eln está siguiendo el ejemplo de las Farc de “aprovecharse de la falta de carácter del Gobierno”.
El candidato presidencial Germán Vargas Lleras dijo por su parte que “no es con amenazas, con actos terroristas o con más dolor y muerte que el Eln le debe pedir al país que el cese del fuego se mantenga”.
Clara López y Gustavo Petro, quienes buscan la presidencia en nombre de sectores de izquierda, fueron los más contundentes en pedirles al Gobierno y a la guerrilla que reanuden las negociaciones de paz.
Luego de observar el clima adverso que sus actos violentos generaron en el país, la delegación del Eln en Quito dijo que “los incidentes sucedidos (…) ocurren en medio de la compleja situación de conflicto que sufre el país”, pero que pese a ellos “no debe alterarse el curso de las conversaciones, para lograr una salida política del conflicto”. ‘Pablo Beltrán’, jefe negociador de la insurgencia, dijo que buscan pactar un nuevo cese.
Pese a la escalada violenta, Santos no rompió las negociaciones, pero las va a evaluar. Junto a Bell, viajaron a Bogotá los negociadores Alberto Fergusson, Angélika Rettberg y José Noé Ríos. Permanecen en Quito Alejandro Reyes, Socorro Ramírez y los generales Carlos Rojas y Freddy Padilla, quienes esperan instrucciones.
ATAQUES
Dentro de la escalada violenta de la guerrilla, un francotirador del frente ‘Domingo Laín Sáenz’ le disparó, en la cabeza, al soldado Luis Guillermo Ascencio Álape, quien falleció.
Este asesinato se sumó a los atentados perpetrados en la zona de frontera con Venezuela, país donde se refugia uno de los máximos jefes del Eln: alias Pablito.
La guerrilla atacó una patrulla de la Armada Nacional y voló dos tramos del oleoducto Caño Limón-Coveñas, en Arauquita y Saravena, Arauca, respectivamente. También dinamitó un pozo petrolero en Aguazul, Casanare, y otro en Cubará, Boyacá.
El secretario de Gobierno de Arauquita, Nelson Pérez, afirmó que los militares habrían sido atacados con una granada de fragmentación detonada cerca de un puesto de control.
El reporte entregado por las autoridades, que atribuyen el hecho a la comisión ‘Camilo Cienfuegos’, aseguró que los infantes Juan Camilo Upegui García y Carlos Julio Rico sufrieron heridas leves por las esquirlas.
Con información de El Tiempo