“El hecho que la idea de limitar el ingreso a las personas inmigrantes tenga mayor eco en los sectores más vulnerables del país, que usualmente tienen menor nivel educativo y acceden a trabajos más precarios, podría abonar la percepción de competencia en el mercado laboral, en particular respecto de inmigrantes con menor calificación”, señala al diario La Tercera Marcela Molina, abogada de la Unidad de Estudios del INDH.
El problema de los chilenos con la migración es su origen en un sentido Trumpista: la mayoría de los inmigrantes que llegan a su país vienen de Perú, Haití, Venezuela y Colombia.
Este fenómeno, en todo caso, es algo reciente. La población extranjera en Chile aumentó un 4,9% en promedio por año, lo que le sitúa por delante de México (4,2%) o Brasil (3,8%), países que se han caracterizado a lo largo de la historia por recibir a mayor número de inmigrantes.
Según el estudio, también los chilenos se creen superiores. Más de un tercio de la población piensa que la mayoría o gran parte de los chilenos se consideran “más desarrollados que otros pueblos de América Latina”, opinión que se acentúa en el centro del país (44,2%) y en la región metropolitana de Santiago (40,8%), de 7,1 millones de habitantes.
A pesar de esta percepción, se trata de uno de los pocos países de América Latina que ha elegido presidente en dos ocasiones a un político declarado reo por el desfalco de un banco en los años 80’s, como es el caso de Sebastián Piñera.
Según el INDH, una situación similar ocurre con la idea de que “somos mejores porque migramos menos”, que alcanza un 23,7% a nivel nacional, pero aumenta de manera significativa en la zona centro del país (54%).
Y aunque la peligrosidad no es una característica que se atribuya en mayor medida a la población inmigrante más que a la chilena (11,7 % frente a un 17,5%), se trata de una percepción que aumenta significativamente en la zona norte del país (22,4 % contra 7,4 %, respectivamente).
No obstante, cifras oficiales establecen que sólo un 1% de los inmigrantes ha sido detenido por cometer delitos, “lo que muestra que la percepción de que ha aumentado la delincuencia con la migración no tiene asidero, y más bien podría reflejar una manifestación racista de la sociedad chilena”, añade el estudio del INDH.
En contraste, la mayoría de las personas encuestadas ha presenciado o conocido de ataques contra los inmigrantes como menosprecio (76%), intimidaciones (78,3%), golpes (69,5%), agresiones sexuales (44,5%) e incluso asesinatos (51,9%).
Para este informe, el INDH encuestó a 2.047 personas, hombres y mujeres mayores de 14 años, residentes en todas las regiones del país, como muestra representativa de la población objetivo a nivel nacional.