Es difícil de entender por qué la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional quiere encender la guerra mientras negocia la paz con el gobierno.
Mataron a siete policías en atentados explosivos contra estaciones que además dejaron a unas cincuenta personas heridas -algunos mutilados-. El comunicado donde orgullosamente se lo atribuyen habla de corrupción hasta de persecución a mototaxistas. Aun así insisten en que apoyan “una salida negociada al conflicto”.
Lo que siempre se dice en estos casos -porque Colombia ya ha creado incluso una burocracia para el “atentado dentro de proceso”- es que la guerrilla quiere fortalecer su posición.
Sin embargo, la guerrilla y todo Colombia sabe que esa negociación ya no la va a cerrar Juan Manuel Santos que se despide el 7 de agosto.
En plena campaña presidencial, el atentado del ELN solo fortalece las posiciones a favor de la guerra, poniendo en peligro incluso el acuerdo de paz con las Farc.
— Edison (@Paniaguado0050) 29 de enero de 2018
Visto así, se podría pensar que una de las razones detrás de los atentados es la ausencia de un proyecto político detrás de la organización criminal que ya todos conocemos. Evidentemente hay contenido en una acción en contra del sistema, pero cabe preguntarse el proyecto alternativo a ese sistema.
Esto no quiere decir que el ELN no cuente con una retórica marxista leninista alimentada por una amplia corriente revolucionaria (¿del común?) que plantea vagamente un eventual estado y que por sobretodo desconoce la realidad actual de Colombia.
¿Hay algún interés en el ELN en prolongar la guerra? De cierta forma, para la guerrilla es cómodo mantenerse en guerra. Llevan años así y ha resultado ser una organización lucrativa que actualmente se disputa las rutas de la coca que dejó las Farc.
Es factible pensar también que si en la elección presidencial gana el bando de los que quieren renegociar el acuerdo de paz con las Farc, el ELN podría aprovechar para entrar en bloque. Curiosamente el atentado se produjo el mismo día en que Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timoleón Jiménez o Timochenko, presentó su candidatura presidencial.