España no quiere sorpresas. En el día en que estaba programada la investidura del presidente de Cataluña, la seguridad en el parlamento no quería pasar un ridículo por lo que registraron hasta los taxis que entraban al Parque de la Ciutadella, donde se encuentra el parlamento regional.

El presidente de la mesa del Parlament, Roger Torrent, ratificó a Carles Puigdemont como candidato a encabezar la generalitat, pero su investidura fue postpuesta, ya que el depuesto presidente se encuentra en Bélgica y ha buscado negociar con la justicia una forma de tomar posesión a distancia, pues si entra en territorio español será apresado. 

Como en el pasado Puigdemont ha hecho maniobras para evitar ser detenido o sujeto de pesquisas, como ocurrió el pasado 1 de octubre, cuando logró distraer a la policía que lo seguía para evitar que emitiera su voto en el referendo declarado ilegal por la justicia española. 

En esa ocasión, Puigdemont se cambió de vehículo debajo de un puente, evitando así la vigilancia de un helicóptero que lo persiguió durante el camino.

Algo similar sucedió el día de su viaje a Bélgica. En una operación 2.0, Puigdemont colgó una imagen del Palacio de la Generalitat en su cuenta de instagram, dando a entender que se presentaría en su oficina a pesar de su destitución mediante el artículo 155 de la constitución. Por el contrario, viajó por tierra  a Francia donde tomó un avión a Bruselas.

Ante estos antecedentes, Los Mossos d’Esquadra tomaron recaudos y  acordonado las entradas del Parc de la Ciutadella y han registrado de forma aleatoria todos los vehículos que trataban de acceder a la cámara catalana.

Su búsqueda incluso los llevó a registrar el taxi en el que llegaba el cabeza de lista de la bancada de Podemos (Catalalunya en Comú-Podem), Xavier Domènech.

Al tratar de acceder el coche por una de las entradas del parque, el taxi se ha encontrado con un control de los Mossos que, de forma aleatoria, registraban los vehículos. Ha llegado su turno y los agentes han pedido al taxista que detuviera el vehículo y bajaran sus ocupantes. En él viajaba Xavier Domènech, que ha explicado a La Vanguardia lo que él mismo considera “un sinsentido absoluto en el que estamos metidos”.

“Cuando he entrado en el Parlament con el taxi, me han hecho parar en la entrada y han registrado el coche”, relataba Domènech. Los agentes han rebuscado en todos los rincones, hasta en el maletero, momento en el que el taxista se ha mostrado más tenso, no por llevar a ningún posible President en él, sino por lo desordenado que estaba. “Al taxista no le había pasado en la vida”, ha afirmado el líder de CeC-Podem tras hablar con el conductor.