Los resultados de la Encuesta Condiciones de Vida (Encovi) de Venezuela son aterradores: la grave crisis económica y de abastecimiento del país tuvo consecuencias graves en la nutrición de los venezolanos durante el 2017, cuando la harina de maíz precocida dejó de ser el alimento base y las comidas se volvieron menos contundentes haciendo que 6 de cada 10 venezolanos perdieran, en promedio, 11,4 kilos de peso. 

Le encuesta, presentada en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, recoge la apreciación de casi 6.000 venezolanos de todos los estratos sociales entre los 20 y 65 años. 

“La gente está desarrollando estrategias para sobrevivir, no para alimentarse”, declaró Marianella Herrera, investigadora del capítulo alimentación e integrante de la Fundación Bengoa,  a Efecto Cocuyo

Según la medición, la popular “harina pan” de maíz para hacer arepas, no es el primer alimento de los venezolanos y fue desplazada por el arroz, que se convirtió en el 2017 en el alimento más comprado. Le siguieron la harina, los panes y las pastas, los tubérculos y las grasas.

“La dieta ahora se centra en arroz, harina de maíz, harina de trigo y tubérculos. Esto es una dieta que podríamos llamar “anémica” porque no aparece el hierro por ninguna parte”, explicó Herrera.

Añadió que las harinas importadas por el Estado para las cajas y las bolsas de ayuda estatal—y provenientes de países como México o Brasil— no están enriquecidas con hierro, a diferencia de la versión venezolana.

Según Herrera, en los patrones de consumo hubo una “caída dramática” de las hortalizas y las frutas, que el año pasado dispararon su consumo ante los altos precios de otros alimentos. “Esto es gravísimo porque va a haber una caída de los micronutrientes”, apuntó.

El desayuno es, de las tres comidas, la que más se “salta” frente a la necesidad de hacer rendir los alimentos en casa y las porciones se han hecho cada vez más reducidas. Esto se ha traducido en una disminución del peso de los venezolanos. En 2017, 64,3% de la población perdió 11,4 kilogramos en promedio.

Vivir con hambre

El hambre se ha vuelto parte del día a día de los venezolanos y así lo reflejaron las encuestas de la Encovi 2017. Un 89,4% dijo que los ingresos no le alcanza para comprar alimentos para el hogar; 63,2% aseguró que los adultos de la casa han tenido que reducir porciones o saltar comidas por falta de dinero; 78,6% reportó comer menos porque no consigue alimentos; y 61,2% afirmó que duerme con hambre.

El hecho de que más de la mitad haya respondido afirmativamente a estas preguntas refleja que, en Venezuela, 80% de los hogares presenta inseguridad alimentaria.

Saltar las comidas se ha vuelto lo normal para un grueso de la población. “8 millones 130 mil personas ingieren dos o menos comidas al día”, especificó Herrera.

La cifra representa una ligera disminución con relación al año 2016, cuando la proporción alcanzó 9,6 millones. Sin embargo, la investigadora advirtió que los encuestados pueden haber perdido el concepto de lo que significa una comida completa y que por eso la proporción no es mayor. Por ejemplo, pueden contar un huevo sancochado solo como una comida.

“El aporte de proteínas de alto valor biológico sigue reduciéndose, por lo que el aporte de hierro, zinc, vitaminas A y complejo B también está disminuido”, alertó la investigadora. “La dieta tradicional continúa perdiendo calidad y cantidad.


Foto: litci.org