Restos de perversión humana con elementos extraños. Monstruosa.”

( New York Times)

“Seguramente una de las películas más viles, estúpidas y repulsivas.”

(Variety)

“Obscena, sinvergüenza, que Dios perdone a los responsables por tramar tan vulgar y ofensivo desorden.”

( Philadelphia Daily News)

Sí, Pink Flamingos es sin duda todo lo citado anteriormente y probablemente se queden cortos. Esta película es única, jamás nadie podrá realizar de nuevo algo similar a esta obra del director John Waters.

Su sinopsis es de lo mas sencillo:

Divine, bajo el pseudónimo de Babs Johnson vive en una caravana rodeada de flamencos rosas de plástico con su madre, su hijo y una amiga. Recientemente un periódico local la ha nombrado “la persona mas inmunda del mundo”, pero los Marble, un matrimonio depravado y celosos de la fama de Divine deciden robarle su puesto de la persona mas inmunda del mundo.

Nunca una historia tan sencilla trajo consigo tal cantidad de imágenes grotescas y repulsivas: exhibicionismo, travestismo, coprofagia, canibalismo, hermafroditismo y un largo etcétera.

A pesar de todo esto o puede que por todo esto “Pink Flamingos” ha pasado de ser una película underground que sólo se exhibía a medianoche en determinados círculos a ser incluida en el Museo de Arte Moderno de Nueva York o a ser repuesta veinticinco años después con un enorme éxito de público.

¿Quién no ha visto alguna vez la imagen de Divine vestida con un traje rojo, con sus ojos pintados hasta la mitad de su cabeza afeitada blandiendo un revólver?

Esto nos hace hacernos una idea de lo lejos que llegó John Waters con este film.

La película está llena de guiños a los miembros de la familia Manson, enorme debilidad de John Waters que no duda en dedicar “Pink Flamingos” a tres de esas jóvenes súbditas de Charles Manson, así, nada mas empezar vemos en la pantalla “Dedicado a Sadie, Katie y Les”.

En otra ocasión mientras Divine pasea por las calles de Baltimore vemos una pintada que pone: FREE TEX WATSON (otro miembro de la familia Manson) y los Marble tienen en una mesita de su salón una fotografía enmarcada de Susan Atkins.

Todo el equipo técnico y artístico eran amigos del propio Waters, lo que nos hace ver que su actitud y el contenido escandaloso de su cine no es un reclamo publicitario, es su estilo de vida.

Mas recordada por la famosa escena en la que Divine come mierda de perro que por otras que pueden incluso superar en asquerosidad la citada escena, “Pink Flamingos” es un cine hecho sin pretensiones, con mucha mala leche y muy poca o ninguna vergüenza.

Si alguien se siente afectado o asqueado tras ver esta película debería pararse a pensar en una frase dicha por el propio Waters: Para entender el mal gusto, hay que tener muy buen gusto.

 


Vía Multiple Maniacs

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