Este lunes comenzaron los alegatos orales en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en la demanda que interpuso Bolivia contra Chile con miras a negociar una salida soberana al océano Pacífico, arrebatada a después de la invasión chilena de 1879 y posterior Guerra del Pacífico.
El proceso iniciado en abril del 2013 se encuentra en su fase final y esta semana se abre con los alegatos bolivianos el 19 y 20, mientras que Chile tendrá la opción de replicar el 22 y 23.
La semana siguiente se retomará con una segunda ronda el 26 para Bolivia y el 27 para Chile.
El gobierno de Evo Morales presentó una solicitud para que la CIJ “falle y declare que Chile tiene la obligación de negociar de buena fe con Bolivia un acuerdo pronto y efectivo que le otorgue una salida plenamente soberana al océano Pacifico”.
El gobierno de Morales asevera que a lo largo del siglo XX, Chile ofreció en diferentes gobiernos y momentos solucionar el tema de un acceso soberano al mar tras la Guerra del Pacífico de 1879-1883, cuando Bolivia perdió 120.000 km2 de territorio y 400 km de costa, su única salida al mar, pero que nunca cumplió.
Chile ha señalado que el Tratado de Paz de 1904 definió los límites de mutuo acuerdo, por lo que no existe ningún tema pendiente con Bolivia respecto a una salida al mar.
La Moneda también intentó evitar el juicio, tras presentar una objeción preliminar para impugnar la competencia de la CIJ en las pretensiones bolivianas, pero en noviembre de 2015, la CIJ dio a Bolivia su primera victoria, cuando la Corte resolvió que tenía competencia sobre la demanda.
Si bien esa resolución fue mero trámite, La Paz la consideró un éxito que reveló la debilidad de Santiago en el proceso, pues el fallo del tribunal fue de 14 votos contra 2.
Este es el primer litigo de dos que enfrentan a Chile y Bolivia en La Haya, luego de que en junio de 2016, el gobierno de Michelle Bachelet presentara una solicitud a la CIJ para dirimir si las aguas del Silala son un manantial desviado artificialmente (como sostienen en La Paz) o un río internacional que fluye naturalmente al lado oeste de la Cordillera, como argumenta la cancillería chilena.