El acuerdo de paz entre el estado colombiano y la guerrilla de las Farc atraviesa por su momento más delicado después de que Seusis Pausivas Hernández, más conocido como Jesús Santrich, uno de los jefes negociadores de esa guerrilla, fuera detenido en Bogotá por narcotráfico.
La justicia de Estados Unidos ya pidió su extradición y las pruebas presentadas hasta el momento apuntan a que el dirigente guerrillero habría negociado la entrega de cocaína mucho después de firmado el acuerdo de paz en el que se comprometían a mantenerse dentro de los márgenes de la ley.
Según la investigación, el 1 de noviembre del año pasado, pocos días después de que su nombre fuera presentado como uno de los candidatos a la guerrilla desmovilizada al Congreso, Santrich habría enviado al abogado Armando Gómez España a entregar en el lobby de un hotel de Bogotá 5 kilos de cocaína a un contacto, como parte de una transa de drogas por más de 15 millones de dólares.
Al día siguiente, el ex jefe guerrillero “se reunió con los compradores en su residencia” donde se habrían afinado los detalles para el envío de al menos 10 toneladas de cocaína con destino final Miami, donde también debía ser entregada la plata de la venta de droga.
La detención de Santrich implicaría su salida de la jurisdicción especial para la paz creada a medida de los ex guerrilleros y podría terminar con su extradición a Estados Unidos, poniendo en jaque el acuerdo de paz.
Santrich ya tenía un cupo asegurado en el Congreso colombiano, según lo pactado con la guerrilla en el acuerdo de paz, por lo que una de las interrogantes que queda después de su captura es si éste cupo -uno de cinco- se deberá respetar o no.
Remezón político
La detención de Santrich se produce en plena campaña presidencial y cayó como una bomba para el gobierno de Juan Manuel Santos, que trata de defender el acuerdo con la guerrilla de sus críticos. Por eso Santos salió la noche de este lunes a hablar de manera extraordinaria para asegurar que los acuerdos se cumplirán para todos los antiguos guerrilleros que respeten la ley y que para los que no lo hagan habrá procesos judiciales.
“No me temblará la mano para autorizar la extradición si hay pruebas concluyentes y contundentes”, aseguró el presidente.
En tanto, los miembros de la ex guerrilla devenida en partido político aseguraron que “la paz está en grave riesgo” y definen la captura de Santrich como un montaje.
Según las bases del pacto firmado en La Habana, el narcotráfico puede ser considerado delito conexo con la rebelión incluso hasta la firma del acuerdo final, en noviembre de 2016. También advierte que cualquier delito cometido con posterioridad irá a la justicia ordinaria.
De cualquier modo, la detención de Santrich es un terremoto para la campaña electoral que se ha movido en buena parte en función a si se deben o no respetar los acuerdos de paz con la guerrilla.
Aunque la acusación contra el ex guerrillero no ha sido demostrada por un tribunal, su impacto mediático en la campaña afecta sin duda la imagen de Gustavo Petro, un ex guerrillero desmovilizado al que sus críticos acusan de ser el candidato de las Farc.
Por otro lado, el escenario político se comienza a inclinar a favor de quienes cuestionan el proceso de paz, como el caso del ex presidente Álvaro Uribe y su candidato Iván Duque.
Detalles de la captura
La caída de Santrich se dio por un agente encubierto de la DEA estadounidense y según esta agencia, en la reunión cumplida en la casa de Santrich un día después de la entrega de los primeros cinco kilos de droga, Santrich estuvo acompañado por Marlon Marín. Según la DEA, el propio Santrich “reconoció que vendían cocaína a terceros” y “le ordenó a Marín coordinar una transacción más grande de cocaína” con los compradores.
En el expediente, según el fiscal Martínez, “hay copiosa prueba”: correos electrónicos y mensajes de WhatsApp, documentos y videos “que dan cuenta de la intervención de todos estos sujetos en actividades de narcotráfico”.
La operación es similar a dos emblemáticas con las que la DEA logró capturar a los mayores traficantes de armas del mundo: Monzer Al Kazar y Víctor Bout. En esas capturas los agentes se hicieron pasar por narcos relacionados con las Farc.
El 8 de febrero del 2018, siempre según la DEA, de nuevo Santrich y Marín volvieron a reunirse con los compradores en la casa del exnegociador: “Durante la cita, (Santrich) y su cómplice acordaron vender 10 mil kilos de cocaína y los compradores acordaron pagar 15 millones de dólares (…) Acordaron que entregarían el dinero a uno de los socios en Miami”. Marín “dijo que los primeros 7.000 kilogramos de cocaína serían entregados dentro de un mes, y los restantes 3 mil kilos dentro de los siguientes 30 días”.
“Después de la reunión, Santrich y sus cómplices continuaron la discusión sobre el posible envío de grandes cantidades de cocaína a los compradores, incluyendo el uso de aviones registrados en los EE. UU.”, señala el informe.