El eje de la campaña presidencial mexicana por estos días es una serie de televisión que no existe y que, en pleno 2018 y desde afuera del aparato comunicacional mexicano, Andrés Manuel López Obrador habría censurado, presionando a la cadena National Geographic para evitar su divulgación.

Hace una semana comenzaron a circular buses en Ciudad de México con una publicidad virulenta: bajo la leyenda Populismo en América Latina aparecía la figura del candidato favorito para ganar las elecciones mexicanas junto a Hugo Chávez, Juan Domingo Perón y Luiz Inacio Lula da Silva.

Sin anunciar el canal, la hora o de qué se trataba -más un simple “proximamente”- los buses circularon por un par de días, lo suficiente como para instalar la intriga sobre una campaña que desde hace más de 10 años ha tratado de vincular a López Obrador con Chávez, a sabiendas de la mala reputación del líder bolivariano.

La propaganda en los buses fue sancionada por el ente regulador vial de la capital mexicana y desde una productora ligada a partidos de derecha acusaron se lanzó una campaña para denunciar la supuesta “censura” de la serie por parte de López Obrador, quien habría ejercido presión para que no fuese transmitida en National Geographic.

Curiosamente, el canal de cable dijo desde un primer momento que no la transmitiría y dio a entender que ni siquiera conocía el contenido de la misma, por lo que los productores del supuesto programa, una empresa llamada “La División”, salieron a decir que tenían en realidad contactos para supuestamente ofrecer el programa. En pocas palabras, nada de nada.

En conversación con Noticias Aristegui, dos de los politólogos entrevistados para la elaboración del capitulo mexicano aseguraron que no habían visto la serie terminada y que se trataba de entrevistas descontextualizadas. En el mismo especial sobre la serie, la investigación mostraba que los miembros de la productora se habían desligado de la misma, dejando solo en pie a Javier García Mata, un curioso productor que asegura ser víctima de la censura de AMLO.

Posverdad

Antonio Marvel, periodista cofundador de Democracia Deliberada y HorizontalMX, ha investigado el caso y asegura que esto no es otra cosa que marketing político y posverdad, una campaña de Marketing 4.0, orientada a crear la sensación de censura más allá de debatir el tema de fondo, el supuesto populismo de AMLO.

Curiosamente, la serie fantasma compara a AMLO con políticos que han gobernado sus países, algo que aunque pareciera cercano, aun no sucede en el caso mexicano.

La supuesta serie, con sus 40 segundos de ‘trailer’ que presentaron con el polémico y cuestionado periodista Ciro Gómez Leyva, ha sido acompañada de toda una campaña (orgánica o coordinada, eso sí no sabemos) en redes: mensajes de Whatsapp enviando links a una serie que ni siquiera era la que ‘anunciaban’, voceros de candidatos mintiendo abiertamente sobre esa “serie”, entrevistas, cancelaciones a citas que nunca existieron. Todo alrededor de la serie parece no ser más que una mentira o una estrategia.

Además de NatGeo, los productores aseguraron que se emitiría por Netflix, plataforma que también se desligó del proyecto fantasma y la página de la productora se dice “en construcción” pero, otra vez, lo importante no era la serie en sí misma ni lo que pensaba decirse a través de ella, sino la discusión que provocó y los temas que atravesó.

Esto ya se ha visto en otros países: Breibart, en Estados Unidos, anunció una ‘investigación’ sobre Hilary Clinton y sus mails que nunca apareció pero cobró tanta fuerza la discusión que llevó, incluso, a ser discutido en la Casa de Representantes; en el Reino Unido, una ‘investigación’ que tampoco se vio nunca sobre la ‘migración masiva’ que invadía el país fue anunciada meses antes del referéndum del Brexit.

Ejército internacional de trolls

Para poner en marcha este ejercicio de posverdad, los impulsores de la campaña se han valido no solo de las plataformas mexicanas para presionar por la supuesta censura en un momento de la historia en que las redes sociales tienen más alcance que la televisión de pago, como en el caso de la serie fantasma.

Una de las más activas en este sentido es la arlequín de la ultra derecha latinoamericana, Gloria Álvarez, que esta semana se sumó a los pedidos de “libertad de expresión” para derrocar “la dictadura mediática” de López Obrador. Esto resulta curioso si se toma en cuenta que el candidato de Morena es uno de los enemigos de los dueños de los grandes medios del país, a quienes ha tildado de pertenecer a la “Mafia del Poder”.

A ella se sumó el paladín de la ridiculez neoliberal chileno, Axel Kaiser, humillado esta semana por Mario Vargas Llosa al proponer la idea de que existen unas dictaduras que son más bonitas.

Semanas atrás, el mercenario y prócer de la propaganda negra, J.J. Rendón, aseguró ufano en una entrevista en Miami que estaba generando campañas falsas para desprestigiar a López Obrador en México y Gustavo Petro en Colombia ¿Estamos viendo el fruto de su trabajo?

El “documental”

Tras el revuelo, ha comenzado a circular por internet la supuesta serie sin censura: usando una estrategia tan básica como cambiar el título del archivo en YouTube se ha difundido un programa sobre las dictaduras de derecha que desangraron América Latina y que, a diferencia de la serie fantasma, sí emitió NatGeo.

https://www.youtube.com/watch?time_continue=2533&v=7gZ8hs8uIBc