Hace poco más de un año, la escritora y periodista del New Yorker Maria Konnikova anunció que planeaba sumergirse en el mundo del poker profesional como jugadora para escribir un libro sobre sus experiencias. 

Hace un par de días, el sitio PokerNews informó que la escritura del famoso libro está en el congelador porque resultó que Konnikova, bajo la enseñanza y apadrinamiento del jugador profesional Erik Seidel, es una excelente jugadora y ha ganado miles de dólares con las cartas.

En enero Konnikova ganó 86.00 dólares venciendo a 240 personas en el campeonato nacional PCA y en su primer torneo tras decidir dejar las letras por las cartas, ganó 57.000 dólares, según PokerNews.

“El PCA fue el momento en que todo se me reveló de alguna forma”, aseguró. “Estoy aprendiendo y es enganchador, estoy jugando bien. Es una sensación realmente maravillosa cuando estudias y trabajas y ves eso validado”. 

Su impresionante éxito hizo que Konnikova revaluara sus planes. Con una oportunidad increíble en lo que podría ser un evento histórico de poker, la periodista decidió que tenía que cambiar su cronograma del libro y concentrarse en el poker por el momento.  Por ello decidió rearmar su agenda de eventos de poker, aumentando la cantidad de competencias y montos. 

Esta decisión dio sus frutos inmediatamente: Konnikova terminó segunda en un evento de Poker Asía-Pacífico, ganando 57.519 dólares. 

Otros

Este tipo de giros tienen una rica tradición entre escritores y atletas amateurs, como es el caso de George Plimpton quien exploró en las ligas de baseball, hockey y fútbol americano en Estados Unidos durante los años 60s para escribir una serie de libros.

Más recientemente el periodista Michael McKnight de Sport Illustrated pasó un buen tiempo tratando de convertirse en un profesional del basketball y el baseball, mientras que Stefan Fatsis de Slate escribiño libros sobe sus intentos para convertirse en un jugador de los Broncos de Denver y también en un jugador profesional de Scrabble. 

La saga continua con Dan McLaughlin, quien nunca había jugado una ronda completa de golf y decidió poner a prueba la teoría de Malcolm Gladweel sobre cómo convertirse en un golfista profesional con 10.000 horas de práctica. Aunque no funcionó exactamente, McLaughlin se hizo bastante bueno. 

El caso de Konnikova, reseña la revista Deadspin, es probablemente más parecido al de McLaughlin: “Yo soy una extraña en el poker. Vine a esto como alguien que nunca tuvo una experiencia con el juego”, asegura, pero prácticamente no tiene un par. 

En el pasado, el escritor James McManus salió quinto en la serie mundial de poker del 2000  en Las Vegas cuando estaba reporteando un asesinato que evntualmente se convirtió en la novela  Positively Fifth Street,  pero antes de esto ya era un jugador amateur bastante curtido. 

Obviamente, Konnikova ha tenido algunas ventajas: ha sido entrenada por un jugador legendario, tiene un doctorado en psicología y el poker no es más que un juego mental. 

Por el momento, su libro ha sido aplazado para el verano boreal del 2019.