El libro ‘Ejecuciones extrajudiciales en Colombia 2002-2010’, escrito por los excoroneles de la policía Ómar Eduardo Rojas y Fabián Leonardo Benavides asegura que en ese período se produjeron 10.000 ejecuciones extrajudiciales en el país. 

Es curioso el término, pues la ejecución judicial no existe, por lo que se trata de burdos asesinatos. 

No hay colombiano que no sepa lo que es un Falso Positivo: producto de los incentivos económicos del ex presidente Alvaro Uribe a cambio de resultados militares, miembros del Ejército asesinaron civiles y los vistieron de guerrilleros para cobrar. 

El incentivo perverso mantuvo este crimen de estado como una práctica recurrente que permitió al propio Uribe asegurar una reelección con sus increíbles cifras de guerra.

El mismo coautor Rojas dice que a esos crímenes se les puede llamar “ejecuciones extrajudiciales” o “falsos positivos”, pero él los describe como “asesinatos a sangre fría”, al tiempo que denuncia que la cifra de tales muertos es mucho mayor que lo que reportaron en su momento las organizaciones de derechos humanos, destaca el diario británico The Guardian.

El artículo del diario describe cómo en 2008 estalló el escándalo de los falsos positivos y hace énfasis en que el informe presentado en el libro denuncia que civiles eran secuestrados por las fuerzas armadas para hacerlos pasar como muertos en combate, y que preferían muchachos con discapacidades físicas.

Además de los jóvenes, también fueron asesinados militares señalados de denunciar abusos por parte del Ejército.

“En las 180 unidades militares (…) distribuidas por todo el país, se sentaban personas con uniforme para determinar dónde iban a simular un combate, de dónde iban a sacar muchachos para asesinarlos, quién ejecutaría el crimen y de dónde iba a salir el presupuesto para la compra de armas, municiones, panfletos y computadores. Todo eso, para venderle a la sociedad colombiana la idea de que esos jóvenes se habían enfrentado a nuestras Fuerzas Militares y que cayeron en combate. Por esa razón, ningún ‘falso positivo’ fue azaroso”.

El diario reporta que la práctica de los ‘falsos positivos’ fue utilizada por diferentes frentes del ejército colombiano en todo el territorio nacional.