Venezuela está a un paso de ser expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA), la mayor sanción diplomática que aplica este organismo a los gobiernos que causan una “alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático”, según establece la Carta Democrática Interamericana, que suscriben los países miembros.

La medida recuerda a la asumida en enero de 1962 cuando, por presión de Estados Unidos, el organismo internacional expulsó a Cuba. 

En la apertura de la 48 Asamblea General de la OEA, México, Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Estados Unidos y Perú plantearon iniciar el procedimiento para echar a Venezuela de la organización. La propuesta será votada hoy, en el pleno de la asamblea.

De no haber sorpresas, la presión de Washington surtiría efecto, dejando a Caracas por fuera del organismo regional.

El punto 10 de este proyecto pide específicamente aplicar lo estipulado en los artículos 20 y 21 de la Carta Democrática Interamericana para “promover la normalización de la institucionalidad democrática”. Estos mecanismos van desde gestiones diplomáticas hasta la eventual convocatoria a una asamblea general extraordinaria que, por dos tercios de votos, puede tomar la decisión de suspender al Estado miembro de su participación en el foro regional.

“La suspensión no es un objetivo en sí mismo, pero hay que respaldar las palabras con acciones”, afirmó el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo. “Además de la suspensión, pido medidas adicionales contra el régimen de Maduro hasta que haya la presión necesaria para que la gente pueda tener acceso a ayuda humanitaria”, subrayó el canciller estadounidense, quien reiteró las continuas peticiones de su Ejecutivo para que Maduro permita la entrada de ayuda humanitaria.

Hasta el momento, solo Honduras y Cuba han sido suspendidos de este organismo. En 1962, en plena Guerra Fría, el gobierno de La Habana fue suspendido por su adhesión al “marxismo-leninismo”. La sanción fue finalmente levantada este mismo año, durante la Asamblea General que la OEA celebró a comienzos de junio en la ciudad hondureña de San Pedro Sula.

En 2009, la OEA sancionó al gobierno hondureño, en virtud del artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana (CDI), firmada en 2001, que prevé las posibles sanciones a un Estado miembro en caso de que se constate la “ruptura del orden democrático” que el documento establece, debe prevalecer en el hemisferio occidental.

El canciller venezolano, Jorge Arreaza, rechazó el “cartel que se ha organizado contra Venezuela” y afirmó que esta resolución es una más de las cosas que hace el “sicario general de la OEA”, en alusión al secretario general, Luis Almagro, duro crítico del gobierno de Nicolás Maduro.

“Lo interpretamos como un acto injerencista”, expresó el yerno del fallecido Hugo Chávez. “¿Cómo nos van a suspender si ya nos fuimos?”, se preguntó, subrayando que en abril de 2017, Venezuela solicitó su salida de la OEA.

Corte Penal y sanciones

Roberto Ampuero, ministro de Relaciones Exteriores de Chile, en rueda de prensa, señaló que es indispensable darle seguimiento a los delitos de lesa humanidad en Venezuela, así como las posibles opciones que se deben tener presentes ante la posibilidad de denunciar al presidente Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional.

“Hay que tener todas las cartas sobre la mesa”, acerca de posibilidad de denunciar al presidente Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional”, expresó Ampuero a los medios, tras su intervención en la Asamblea General de la OEA.

En su intervención aclaró que Chile tiene como prioridad actuar en conjunto con otros países acerca de las denuncias sobre Venezuela. Representantes del país chileno están a la espera de tomar medidas económicas y diplomáticas en Venezuela.

“Si la resolución sobre Venezuela es aprobada en la Asamblea General de la OEA, Chile pasaría a una nueva etapa para tomar medidas diplomáticas y económicas”, puntualizó el ministro.

 

Por ahora, a Maduro solo le quedará el consuelo de cantar esta canción: