La guerra sucia en la campaña presidencial mexicana vive esta semana un nuevo episodio, después de que se conociera una serie de encuestas que vaticinan un inminente triunfo de Andrés Manuel López Obrador en la elección del 1 de julio. 

Como una forma de desacreditar su candidatura, sus rivales políticos han hecho circular un video en el que se cuestiona la salud mental de AMLO.

En la pieza gráfica aparece un hombre con un perfil similar al del candidato de Morena acompañado de una mujer en una consulta médica. La mujer se queja ante el doctor de que el hombre no hace más que repetir la misma seña y reiterar cosas que dijo “hace seis años” o “hace doce años”.

Curiosamente el video coincide con la publicación de nuevas encuestas que muestran un ascenso imparable del “Peje” en la preferencia de los mexicanos, alcanazndo una ventaja de al menos 20 puntos porcentuales frente al candidato del PAN Ricardo Anaya, sumando 48 y 28 puntos respectivamente. El candidato oficialista, José Antonio Meade, se mantiene tercero con apenas un 20 por ciento de las preferencias. 

Según una estimación del diario español El País, López Obrador tiene un 92% de probabilidades de ser elegido presidente el próximo 1 de julio; el candidato de Por México al Frente –la coalición del conservador PAN y los progresistas PRD y Movimiento Ciudadano- un 9% y Meade, un 1%, es decir, tendría que haber 100 elecciones para que éste ganara una.

La ventaja de López Obrador es clara. Ni siquiera los dos debates que se han celebrado hasta ahora, el terreno en el que peor se desenvuelve el tres veces candidato, han mermado su posición en las encuestas. No es normal que se produzca un vuelco electoral que haga perder 20 puntos al candidato puntero. Sirve de referencia una estadística deportiva: ahora mismo una derrota de López Obrador sería más rara que ver fallar un penalti a Cristiano Ronaldo. No obstante, la victoria del candidato de Morena tampoco es una certeza: los sondeos aún podrían moverse y hasta el último día habrá espacio para una sorpresa.

A eso parecen estar apostando sus contrincantes con el video que sugiere una enfermedad mental. Una teoría que coincide con las declaraciones de Anaya días atrás, cuando trató de instalar el tema de la salud de los candidatos dentro de la campaña y en lugar de sumar adeptos, fue duramente cuestionado.