La larga lista de femicidios en México sumó esta semana un caso espeluznante, cuando una pareja de hermanos encontró el cuerpo de su madre durante unos trabajos de reforma en una de las paredes de su casa.

La historia comenzó 20 años atrás cuando los hermanos Hernández G. pensaron que su madre los había abandonado. 

Sin embargo, todo fue un montaje de su padrastro, principal sospechoso del crimen de la mujer. 

Los hermanos contrataron a un albañil para hacer reformas en su casa de Ciudad de México, quien encontró entre una pared el esqueleto atado de manos y piernas de una persona, que, afirman, sería el de su madre por la ropa que tenía puesta.

En agosto de 1996, cuando eran menores de edad, los hermanos buscaron a su madre de aproximadamente 40 años luego de que su padrastro les dijera que había salido de su casa para asistir a una reunión religiosa, sin embargo, ella nunca regresó.

Los Hernández G. también dejaron de ver a su padrastro, quien se robó muebles del domicilio y huyó desde ese día.

Los hermanos buscaron a su mamá por años, la reportaron como desaparecida y pidieron ayuda de las autoridades sin tener éxito.

El fin de semana pasado, mientras un albañil trabajaba en el lugar, encontró un cadáver entre el espacio de una pared y cemento, éste llevaba tenis, pantalón guinda y una camiseta, la misma ropa con la que Luis Hernández –que en ese entonces tenía 14 años de edad–, afirma haber visto a su mamá con vida por última vez.

El esqueleto tenía las manos atadas en la espalda con cinta adhesiva y un trapo en la boca.

La familia Hernández denunció que se trató de un homicidio y consideró como principal sospechoso a su padrastro, quien ahora tendría cerca de 90 años. Por el hallazgo ya se abrió una carpeta de investigación en la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México.