Sin un resultado claro, el Parlamento argentino decide hoy si legaliza o no el derecho al aborto después de varios meses de encendido debate en donde pareciera no haberse avanzado mucho.
En los conteos previos la votación arrojaba en la noche del martes un virtual empate, y en las dos trincheras enfrentadas se preveía un final ajustado, en que los indecisos, las posibles abstenciones y las eventuales ausencias jugarán un rol clave. Aun si resultara aprobado con media sanción, el proyecto debería pasar luego por el filtro del Senado, donde el debate comenzará nuevamente de cero.
Se calcula que la sesión se extenderá 20 horas, no habrá cuarto intermedio y podría votarse entre las 7 y las 9 de la mañana del jueves. El relevamiento actualizado de aquellos que definieron su voto siguió arrojando una leve ventaja para el rechazo del proyecto: 121 en contra, 118 a favor, y 16 indecisos. La tendencia de todos modos en las últimas horas fue hacia el achicamiento de la brecha. Quienes están a favor de la ley de aborto seguro sumaron un lote importante desde las filas de los indecisos: 8 diputados definieron o “blanquearon” su voto en ese sentido.
Al voto en contra se sumaron cuatro diputados. Pero también hubo otros que abandonaron: uno cambió su voto para inclinarse por la aprobación y otra se pasó a los indecisos. También se aseguró que otro parlamentario que figura en lista “a favor” estará ausente en la votación.
Hay dos núcleos duros inamovibles en sus posturas, pero hay legisladores no sólo indecisos sino que podrían dar sorpresas con cambios de actitudes, según reseña el diario Clarin. Por eso el final es de tanta incertidumbre. Las posiciones no se han modificado en lo sustancial y los enfoques son inconciliables: quienes están a favor sostienen que interrumpir el embarazo es un derecho de la mujer, y que se debe terminar con el aborto clandestino que genera muerte y daño a las mujeres, sobre todo las más pobres. Quienes están en contra levantan la consigna de “las dos vidas” que se deben “salvar”, y sostienen que la vida existe desde la concepción.
El proyecto “de consenso” en favor del aborto seguro, legal y gratuito, que propone la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación, tuvo dictamen de mayoría con 64 firmas, y 57 de rechazo, en el plenario de comisiones que luego de dos meses de audiencias y debates llegó a término este martes por la tarde. Los que apoyan el proyecto lo vivieron como un envión, porque no esperaban tanta diferencia y se ilusionaban con poder replicarla en el gran final en el recinto.
En medio de fuertes presiones los 16 indecisos tendrán un papel definitorio. En ese lote hay una partición casi en tercios: hay diputados a los que se da con tendencia a votar a favor, otros en contra, y otros indecisos inescrutables.
En la decisión de los diputados pesan tanto sus propias convicciones como en otros casos, las reacciones que suponen de sus electorados (las provincias son más conservadoras y con influencia religiosa), y hasta el peso de las opiniones de cónyuges, hijos y otros familiares.
Si hubiera un empate, debería votar para definir las cosas el presidente de la Cámara, el macrista Emilio Monzó. Hace tiempo que Monzó está advertido de que podría ser una posibilidad, pero no quiere “ser otro (Julio) Cobos”, por el rol que tuvo en 2008 el entonces vicepresidente en el desempate de la Resolución 125. Monzó volvería a mandar una segunda votación, apelando a la formación de mayoría como en las votaciones papales antes de la fumata.
Afuera del Congreso, habrá dos marchas, una a favor y otra en contra del proyecto, y la Policía armó un dispositivo de seguridad para que puedan acceder a la Plaza de los Dos Congresos pero sin cruzarse. Cada una tendrá su propio escenario. Desde temprano estará interrumpido el tránsito en toda el área del Congreso.