Para los seguidores del dictador chileno Augusto Pinochet, las violaciones a los derechos humanos siempre fueron relativas: no se trató de crímenes sino de actos de guerra, justifican la muerte y/o desaparición forzada de al menos 6.000 compatriotas. Para ellos, la intachable herencia del general fue haber “salvado” al país del “cáncer marxista”.

Claro, ese gesto tiene una factura: el dictador robó al menos 6 millones de dólares de las arcas del Estado, según lo dictaminó la justicia.

Por ello, buena parte de sus bienes serán rematados, con el fin de devolver al Estado lo que el tipo que gobernó por 17 años su país, robó.

La historia de la caída del defraudador se remonta a julio deol 2004, cuando el Senado de Estados Unidos descubrió por casualidad 125 cuentas del dictador en el Banco Riggs de Washington. En realidad, los legisladores norteamericanos perseguían rastros de financiamiento del terrorismo internacional, pero terminaron encontrando las cuentas por más de 21 millones de dólares.

Tuvieron que pasar 14 años y el entierro del dictador para que los juzgados chilenos cerraran el caso, donde se logró comprobar que Pinochet y sus amigos se robaron al menos 6.466.406 de gastos reservados.

Según relata el diario chileno La Tercera, la Corte Suprema revisó el martes 19 y miércoles 20 el último recurso presentado por el Consejo de Defensa del Estado (CDE) para obligar la restitución de los bienes al Fisco y le dio la razón. En un fallo inapelable por cuatro votos contra uno, se ordenó devolver a las arcas públicas el dinero que se mantiene en cuentas confiscadas y los bienes del fallecido excomandante en jefe del Ejército que fueron decomisados durante la tramitación del “caso Riggs” y que -en total- están avaluados en cerca de US$ 13 millones.

El patrimonio corresponde, según documentos del CDE que datan del 2014, a US$ 4.894.638,1 y $ 124.566.242 en instrumentos bancarios, tres vehículos y 24 propiedades tasadas en US$ 7,3 millones aproximados. A la fecha de hoy, el Fisco aspira restituir aproximadamente US$6 millones.

Hasta ahora, la familia de Pinochet disputaba en tribunales el usufructo de la fortuna luego que se estableciera la responsabilidad en calidad de autor del general en el delito de malversación de caudales públicos, pero se le sobreseyera a causa de su muerte el 10 de diciembre de 2006.

Sin embargo, aún no se establece con certeza la dimensión de los bienes que deberán ser entregados al Fisco. Y es que si bien la justicia determinó devolver la totalidad de los dineros contenidos en las cuentas hasta ahora congeladas, en los próximos días los ministros se reunirán para revisar si la totalidad de los inmuebles embargados fueron adquiridos directamente con dineros de la malversación o existen algunos que hayan sido comprados con otros fondos.