En los años recientes, varios presidentes latinoamericanos han recorrido un camino extraño, saliendo de sus respectivos palacios de gobierno a los tribunales de justicia a rendir cuentas por distintos escándalos de corrupción.

El más bullado es sin duda el que compromete a los mandatarios con la constructora brasileña Odebrect y que tiene contra las cuerdas a tres ex presidentes peruanos y le costó el cargo a la ex presidenta Dilma Roussef. Sus tentáculos son motivo de investigación en Chile, Argentina, Panamá y Ecuador. 

Estos días, una revelación explosiva sacudió la escena política colombiana: la difusión de una conversación entre el presidente Juan Manuel Santos y el gerente de su campaña, Roberto Pietro, podría revolver más las aguas en el país.

Actualmente, Prieto está siendo investigado por presuntos actos de corrupción y porque habría mentido sobre aportes de Odebrecht a la campaña de 2010. 

Prieto actualmente permanece detenido por otro contrato que no tiene ningún tipo de relación con el aporte de la multinacional a la campaña de Juan Manuel Santos.

Lo cierto es que a partir del escándalo de Odebrecht iniciaron las interceptaciones al teléfono de Prieto por parte de las autoridades judiciales.

Al respecto, hoy se ha conocido una serie de grabaciones de las conversaciones que después de febrero de 2017 –una vez se conoció este escándalo– se registraron entre Prieto y Santos.

En el audio, Prieto admite que hubo una reunión con un representante de Odebrecht en la que convinieron un aporte para la campaña en especie. 

De acuerdo a esta misma conversación, el presidente dijo “eso en qué año fue… en 2010. Yo no estuve y sobre ese aporte Odebrecht pagó los afiches”. 

Vale recordar que el aporte a la campaña fue de US$400.000 a la empresa Impressa Group de Valencia, que se encargó de la elaboración de dos millones de afiches para la campaña del presidente Santos en 2010. 

Además, en esta llamada, el presidente pregunta si este aporte fue para la campaña a la Presidencia; hecho que Prieto aceptó.

Santos pregunta: “¿Y eso se reportó en mis cuentas?”. De inmediato  Prieto dijo que no porque así se había acordado.

Poco antes de concluir esta polémica llamada, Prieto recordó insistentemente que el gerente de la campaña en 2010 había sido Santiago Rojas, director de la Dian. Finalmente, Santos también fue claro al destacar que a Mockus no le dieron ningún aporte. Ahí concluyó esa llamada. 

Fin del pacto de no agresión

Hasta ahora, la arista del caso Odebrecht  en Colombia se había mantenido tapada por un acuerdo tácito entre el gobierno y el uribismo de no profundizar en la investigación que podría hundir a ambos sectores. Las primeras indagatorias revelaron que tanto la campaña de Santos como la de Óscar Iván Zuluaga, la ficha de Álvaro Uribe para la elección del 2014, recibieron dinero de la empresa brasileña.

Sin embargo, ese equilibrio podría acabarse con las nuevas revelaciones. Pues, según los audios develados, el presidente Santos sí habría estado al tanto de los aportes, lo que lo convierte en un blanco fácil para la justicia. Especialmente ahora que le queda menos de un mes en el poder. 

Los miembros del uribismo ya han dado luces de lo que se viene.  El congresista del Centro Democrático Edward Rodríguez afirmó que desde la colectividad pedirán a la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes reabrir la investigación al presidente Juan Manuel Santos por “posible corrupción” dentro del caso Odebrecht.

Rodríguez manifestó que la solicitud será realizada ante las nuevas evidencias dentro del escándalo de corrupción y debido a que no se tuvo en cuenta su apelación para que no fuera cerrado el proceso del primer mandatario.

Con una mayoría parlamentaria para la próxima gestión, el uribismo tiene en sus manos la posibilidad de cobrar la “traición” de Juan Manuel Santos al ex presidente Álvaro Uribe y de paso acallar a uno de sus potenciales opositores. Con una nueva ficha en el gobierno como Iván Duque, Uribe podría dejar caer a sus antiguo ahijado con tal de cobrar las cuentas pendientes con Santos.