El ex presidente colombiano Álvaro Uribe llegó al Senado como el candidato más votado en las elecciones de marzo pasado y duró tan solo un día en el cargo: renunció supuestamente para evitar que un proceso penal en su contra “interfiera con las tareas del Senado”.

Sin embargo, la decisión de Uribe lo que busca realmente es sacarle el cuerpo a la justicia. Al menos en los términos en que se le vino encima la noche al ex presidente, pues al ser senador y contar con fuero parlamentario el proceso penal en su contra por soborno y fraude procesal lo lleva la Corte Suprema, tribunal donde no tiene muchos amigos y que él mismo propuso cerrar durante la campaña de su vocero Iván Duque.

Así, con la renuncia a su asiento en el Parlamento, Uribe lo que estaría buscando es poder argumentar ante la justicia es que nunca fue escuchado por otras instancias antes del máximo tribunal y que, como renunció a su investidura, el proceso, como se mencionó, debe pasar a la Fiscalía.

Bajo esta lógica, Uribe argumentará que fue llamado a indagatoria por la Corte Suprema sin antes haber sido escuchado en versión libre. Tal y como hizo su primo Mario Uribe en octubre de 2007, cuando renunció a su curul con el fin de ser investigado por la Fiscalía.

Por otro lado, Uribe buscaría comprarse tiempo dilatando el proceso, pues la Corte Suprema tiene videos y grabaciones de llamadas que lo comprometen a él en concierto para delinquir, por lo que cambiar de instancia la investigación haría que el proceso comience nuevamente. 

Antecedentes de parapolítica

Durante los años mozos de Uribe en la presidencia. sus aliados en el Congreso se vieron involucrados en el caso de “Parapolítica” o vínculos con grupos terroristas de ultraderecha que financiaron sus campañas con dinero proveniente de su actividad paramilitar.

Entre el 2007 y el año 2009, al menos 30 de los amigos de Uribe investigados por el caso optaron por el mismo atajo que hoy quiere tomar el ex presidente: renunciar a sus asientos en el Parlamento para buscar la vía ordinar y allí tratar de torcer a un juez regular. 

Esto hasta que la Corte Suprema de Justicia le puso un tatequieto a la argucia legal como registró el diario El Tiempo de la época. 

La lógica de la renuncia de los parlamentarios en su momento era que, dado que el delito de “concierto para delinquir” del que se los acusaba en su relación con paramilitares no tenía nada que ver con su función en el Parlamento, la causa debía ser llevada por la Fiscalía y no por la Corte Suprema. Qué coincidencia con Uribe. 

Sin embargo, la mayoría de los magistrados resolvió mantener la competencia en un caso porque consideran que, como los hechos investigados habrían ocurrido cuando el parlamentario en cuestión era congresista, sentando una jurisprudencia que podría ahogar las esperanzas del expresidente de tomar un atajo. 

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Duró un día: Álvaro Uribe renuncia al Senado colombiano por investigación judicial