Álvaro Uribe Vélez acaba de dar un paso para atrás: después de anunciar su renuncia al Senado de Colombia para evadir la investigación que le sigue la Corte Suprema de Justicia por soborno y fraude procesal, decidió dar un paso hacia atrás y mantenerse en el Parlamento.

La razón está ligada al mismo proceso: según analistas, el nuevo cálculo de Uribe toma en cuenta la posibilidad de recusar a los jueces que lo investigan y sumar presión sobre los nuevos magistrados. Especialemente si se toma en cuenta que el Congreso tendrá que decidir sobre los nuevos integrantes de la Corte Suprema.

Cómo suele hacer, su retractación la hizo a través de un trino en su cuenta de Twitter, tras una semana de intensas controversias por el anuncio de su renuncia y las recusaciones a los magistrados que investigan el caso en la Corte Suprema.

“He pedido al senador Ernesto Macías, presidente de la corporación, que retenga sin considerar mi carta de renuncia. Por razones de honor nunca ha estado en mi mente que la Corte Suprema deje de conocer el caso para el cual me citan a indagatoria”, escribió Uribe.

La oleada de reacciones entre los que creen que lo de ayer se trata de un show mediático y quienes lo apoyan, no se hizo esperar.

Uno de los primeros en dar su opinión fue el periodista Daniell Coronell, quien ha venido denunciando a Uribe en sus columnas de opinión.

“El expresidente Uribe argumentaba razones de honor para irse y ahora las invoca para quedarse. Solo es un plan para escoger investigadores y jueces que le convengan”, publicó el periodista en su cuenta de Twitter.

Por su parte, la senadora Paloma Valencia también se pronunció. “Por ahora no se va, porque #UribeNoSeEsconde, que lo investiguen como lo han investigado siempre, nada encontrarán”.

Mientras el senador Iván Cepeda, quien motivó la investigación, señaló que “La ‘ética’ de Uribe da para todo: para renunciar al Congreso, pero también para quedarse en él sub júdice. También le alcanza para decir toda clase de mentiras impúdicas, calumniar a los magistrados y tener un abogado de narcos”.

Desde la semana pasada se mantenía la expectativa en torno al futuro del expresidente, luego de que anunciara su intención de renunciar tras el llamado a indagatoria.

Después de muchas especulaciones, la carta llegó a las manos de Ernesto Macías, presidente del Senado, quien dijo que aunque ya tenía el documento, solo la llevaría a consideración del Senado cuando se terminara la incapacidad médica de Uribe, es decir después del 3 de agosto.

El uribismo y otros sectores políticos le pidieron al exmandatario que no renunciara y que se defendiera desde allí. De hecho planeaban organizar una manifestación en favor del jefe del Centro Democrático.

Qué hay detrás

Es probable que el cálculo político le salió mal a Uribe. Igual que su cálculo mediático. Él esperaba un respaldo mucho más fuerte de la opinión pública, pero probablemente las pruebas allegadas a los medios de comunicación, han empezado a debilitar el teflón que ha tenido Uribe durante más de 10 años.

El ex presidente tiene la costumbre de trasladar el debate jurídico de los estrados judiciales a la plaza pública, de construir una argumentación periodística acomodada para desvirtuar la argumentación jurídica, privilegiando el manido recurso de construir un estado de opinión y pretender así, que la causa que se defiende pueda tener en la opinión pública una respuesta favorable para la absolución pública del implicado.