La ley que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en Argentina está a punto de naufragar en el Senado después de que un nuevo senador anunciara que votará en contra del proyecto.
Se trata del peronista Juan Carlos Romero, de la provincia de Salta, que aportaría el voto número 36 a los opositores a la ley, identificados con un pañuelo celeste después de que sus impulsores popularizaran la pañoleta verde.
Con él, el “no” suma 36 contra 32 del “sí”. Sólo quedan dos indecisos que no podrían revertir el resultado en la sesión del 8 de agosto.
Bajo este escenario, no sería necesario siquiera el desempate de la vicepresidenta Gabriela Michetti, antiabortista. Y los dos peronistas indefinidos, José Alperovich y Omar Perotti, ya no podrían dar un vuelco al resultado aún expresándose por el sí. Sólo podría darse esa situación si los operadores de la ley -con los cambios que acordó todo el elenco de los “verdes”- consiguen convencer a varios de los que se definieron en otro sentido. A esta altura, algo improbable.
Romero, ex gobernador de Salta, definió su voto la tarde del jueves en un mensaje por Twitter que envió desde Estados Unidos, donde se encuentra de vacaciones. “Luego de meses de análisis por el debate y habiendo escuchado a diversos sectores de la sociedad a favor y en contra, advierto que existe la convicción mayoritaria de los salteños que la ley sobre la legalización del aborto no prospere por lo que confirmo mi voto negativo”, sostuvo.
Romero era uno de los tres senadores que aún no se habían definido. Quedan en esa situación ahora, los representantes de Santa Fe Omar Perotti, y de Tucumán José Alperovich.
Si no hay sorpresas, la media sanción de Diputados del 14 de junio será rechazada. El proyecto se caería y no podría ser tratada al menos hasta el próximo año, dando un portazo a la movilización social que ha impulsado el debate.
Aunque tendría posibilidades de volver a ser presentada en el próximo período legislativo, de confirmarse el resultado negativo en el Senado, se estima que será parte de la campaña electoral y recién en 2020 aterrizaría de nuevo en el Congreso.
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