Barcelona ciudad de paz reemplazó al “no tenemos miedo” de un año atrás, cuando un grupo de islamistas atentó contra civiles y policías en la ciudad.
Varios centenares de personas llenaron el centro de la plaza de Cataluña para conmemorar el primer aniversario de los atentados que dejaron 16 muertos y centenares de heridos, con un acto conducido por la periodista Gemma Nierga que no ha incluido parlamentos oficiales, con el objetivo de dar todo el protagonismo a las víctimas de los ataques y sus familiares.
Sin embargo, claro, contó con la presencia de los Reyes; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente de la Generalitat, Quim Torra.
Bajo el lema “Barcelona, ciudad de paz”, el acto, organizado por el Ayuntamiento de la capital catalana, ha contado con la participación de unas 150 víctimas y familiares de doce países, según datos municipales.
Tras la interpretación del “Cant dels Ocells” (el canto de los pájaros) como himno de la paz, Nierga tomó la palabra para resaltar que Barcelona es una “ciudad de paz” que hoy se ha volcado en mostrar su solidaridad y acompañar a las víctimas.
“También es un acto de reconocimiento a los servicios emergencia y a los cuerpos de seguridad, por su labor y esfuerzo y por su dedicación ejemplar”, dijo, agregando que además supone un recuerdo para los ciudadanos que se “esforzaron” en “ayudar, amparar y proteger” a los afectados por “el miedo, el dolor y el desconcierto” del ataque del 17A.
El acto prosiguió con la lectura en ocho idiomas -catalán, castellano, portugués, francés, inglés, italiano, alemán y neerlandés, los que hablan las víctimas de los atentados- de un fragmento del poema “Devociones sobre situaciones inesperadas”, de John Donne.
Cataluña no tiene rey
Paralelamente, una veintena de monárquicos con banderas españolas se concentron a las puertas del edificio de la plaza de Cataluña donde un grupo de independentistas había colgado una pancarta en contra de Felipe VI, coreando la consigna: “que quiten la pancarta”.
En la tela se lee: “El rey de España no es bienvenido en los países catalanes”.
El perímetro de la plaza de Cataluña estuvo cerrado con vallas de seguridad y por un amplio dispositivo de seguridad de los Mossos d’Esquadra y de la Guardia Urbana.
Un total de 900 profesionales de medios de comunicación de 29 países, entre periodistas, técnicos y personal de producción, se acreditaron para cubrir el acto.