Los cerdos superaron en número a la población humana de España por primera vez, según los datos publicados por el Ministerio de Medio Ambiente, que muestran que en este momento existen 50 millones de animales, unos 3,5 millones más que personas. 

Estos datos muestran un incremento de cerca de nueve millones de animales desde el 2013 y están generando preocupación sobre el impacto medioambiental de una industria que el año pasado produjo más de cuatro millones de toneladas  de productos de cerdo y generó unos 6.000 millones de euros. 

El incremento en la población de cerdos es un factor clave en el hecho de que la crianza de animales domésticos sea el cuarto factor que más contribuye en la generación de gases de efecto invernadero después del transporte, la electricidad y la industria. 

La cría de cerdos también consume vastas cantidades de agua en un país que con frecuencia es afectado por sequías. Con cada cerdo consumiendo 15 litros de agua al día, toda la industria emplea más agua que las ciudades de Zaragoza, Sevilla y Alicante juntas. 

Por otro lado, los ambientalistas aseguran que los nitratos de los desperdicios de los animales están comenzando a contaminar las aguas subterráneas. 

La producción de cerdo también ha sido sacudida por una serie de escándalos relacionados con la sanidad. Este año las autoridades iniciaron una investigación después de que un cliente devolviera una pata de jamón con gusanos a la cadena de supermercados franceses Carrefour. La policía descubrió una red de proveedores sin escrúpulos y más de 50 toneladas de jamón que, aunque estaban destinadas al incinerador, fueron reetiquetadas con nuevas fechas de caducidad. 

Este escándalo supuso un nuevo golpe para una industria que tiene la fama de tener prácticas fraudulentas, especialmente en la producción del famoso y cotizado jamón ibérico de bellota, que se vende a unos cientos de euros el kilo. 

Para calificar, el jamón debe provenir de cerdos de pura raza, que pasan los últimos meses de sus vidas deambulando libremente por bosques de robles conocidos como dehesa, alimentándose de bellotas. La carne debe curarse por un mínimo de 36 meses.

Por otra parte, la industria también ha enfrentado una serie de huelgas laborales debido a las pobres condiciones de trabajo. Muchos trabajadores del sector son inmigrantes recién llegados a España y, en muchos casos, musulmanes que ni siquiera comen cerdo. 

Los españoles consumen cerca de 21 kilos de cerdo al año en promedio y la tradición de su consumo tiene miles de años. Los cronistas romanos escribieron maravillas sobre el jamón español y, posteriormente, cuando gobernaron los godos, los cerdos siguieron siendo tratados con especial protección. 

Cuando los musulmanes conquistaron buena parte de la Península Ibérica, el cerdo se convirtió en un símbolo de resistencia cristiana. Durante los años negros de la Inquisición, comer cerdo en público se convirtió en una prueba de fe para los judíos y musulmanes que se habían convertido a la fuerza.