Las autoridades colombianas dedicaron dos años a investigar al empresario Alex Saab para determinar si las sospechas del FBI, la DEA y la oposición venezolana son ciertas. Se dice que Saab sería uno de los testaferros del presidente venezolano Nicolás Maduro.

En su indagación, las autoridades colombianas están a punto de establecer que este empresario, que vive en París sin problemas judiciales, habría montado todo un aparato de exportaciones ficticias por más de 8 millones de dólares mediante una firma de comercio de textiles vinculada a sus hermanos y exesposa. 

Según relata el diario El Tiempo desde 2011 hasta 2014, la empresa movió plata por Canadá, Estados Unidos e Inglaterra. Y, aunque era aparentemente próspera, cerró sus puertas en 2016, cuando empezaron las investigaciones sobre sus exportaciones de textiles.

La operación para detener a los presuntos socios de Maduro fue saboteada por un informante interno que dio el soplo a los cabecillas de la empresa para que escaparan de Colombia. 

Según El Tiempo, este policía contactó a uno de los cercanos a Saab para ofrecerle información sobre la investigación. 

La empresa que habría servido como base de las operaciones ilegales del clan Saab es Shatex S.A., constituida en 1998 y liquidada en 2016, durante años se dedicó a la exportación de textiles y materiales de construcción.

En sus pesquisas las autoridades han evidenciado que entre el conglomerado de empresas del clan Saab se movieron cerca deUS$135 millones en supuestas mercancías que salían e ingresaban al país.

Alex Saab se convirtió en uno de los hombres más poderosos a la sombra en Venezuela. Sin embargo, en agosto de 2017 durante la cumbre de fiscales de Latinoamérica, la exfiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, denunció públicamente que Saab era uno de los grandes beneficiarios de la corrupción que rondaba los contratos para importación de cajas de alimentos para los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).

En sus publicaciones, Armando Info explicó que, en 2011, el clan Saab firmó con el Gobierno de Hugo Chávez un contrato por US$685 millones para la venta de casas prefabricadas dentro del denominado plan “Misión Vivienda”. Ese contrato se firmó mediante la empresa Fondo Global de Construcción, en la que Alex Saab sería socio de Álvaro Pulido, otro colombiano que se ha visto envuelto en escándalos de corrupción en Venezuela, cuyo nombre real sería Germán Rubio.

Los abogados de Saab han negado su relación con el Gobierno de Nicolás Maduro y han dicho que no participa del negocio de importación de cajas de alimentos para los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), pero, el portal Armando Info ha detallado el entramado societario que Saab y Pulido habrían creado por medio de la empresa Group Grand Limited para quedarse con un negocio de más de US$200 millones.

Una de las pistas que hoy siguen las autoridades colombianas es establecer si el clan Saab lavó activos ilegales que provenían desde Venezuela con sus empresas. Además, una de las tareas pendientes es verificar los nombres de otros colombianos y empresas del país que harían parte del galimatías corporativo detrás de los CLAP.