Después de meterse a la presidencia de Brasil por la ventana, todo era risas y alegría para Michel Temer: el vicepresidente que traicionó a Dilma Doussef para instalarse en el palacio de Planalto.
Sin embargo, aquella dicha parece estar llegando a su fin: la Policía Federal de Brasil pidió el martes a la Fiscalía General imputar a Temer y a otras diez personas, incluyendo su hija, por delitos de corrupción, lavado de dinero y organización delictiva.
La PF investigó durante más de un año si Temer, en el poder desde mayo de 2016,recibió sobornos para emitir un decreto en mayo de 2017 con el objetivo de beneficiar a compañías del sector portuario.
La Fiscalía debe decidir ahora si formula una denuncia penal contra el presidente, si solicita nuevas investigaciones o si pide que el caso sea archivado.
Para que la Corte Suprema investigue y eventualmente procese al presidente, según la Constitución, debe contar con la autorización del Congreso.
Temer habría usado empresas ficticias ligadas al coronel Lima para recibir sobornos de Rodrimar, una de las compañías del sector portuario beneficiada por el decreto presidencial que extendió el plazo de las concesiones públicas, según detalles de la investigación revelados por medios locales.
Una parte de esos sobornos habría sido transferida al presidente mediante el pago de reformas inmobiliarias, como una realizada en la casa de su hija Maristela Temer, según O Globo.
El palacio presidencial de Planalto, consultado por la AFP, dijo que el presidente no se manifestaría sobre el informe policial. Temer siempre negó con vehemencia estas acusaciones, que se hicieron públicas desde el inicio de la investigación.
El juez del Supremo Tribunal Federal (STF) que recibió el informe policial dijo que aguardaría la decisión de la Fiscalía sobre la ejecución de los pedidos de bloqueo de bienes y de prisiones preventivas.
Temer fue denunciado en dos ocasiones por la Fiscalía el año pasado, por corrupción y formación de organización delictiva, y en ambos casos las acusaciones fueron congeladas por el Congreso hasta que concluya su mandato, el 1 de enero de 2019.
La denuncia se produce a menos de dos semanas de la segunda vuelta de la elección presidencial, que será disputada entre el ultraderechista Jair Bolsonaro, favorito en los sondeos, y el izquierdista Fernando Haddad.
Temer concluye su mandato como el más desprestigiado de los presidentes brasileños de las últimas décadas (su popularidad es de apenas 5%) y hasta los candidatos próximos a sus políticas de ajuste fiscal trataron de distanciarse de él durante la campaña.
Con información de Radio ADN