La denuncia sacudió a la sociedad boliviana en los últimos días: Joel, de ocho años, habría sido sacrificado por un grupo de mineros como una ofrenda en el departamento de La Paz. Aunque no existe confirmación del hecho, el propio ministro de Justicia, Héctor Arce, se refirió al hecho y aseguró que no habrá impunidad.
Una comitiva interinstitucional viajó hasta la localidad de Cosnipata, donde se habría producido el hecho.
“No toleraremos más actos de violencia y sacrificio de niños. El Estado boliviano extremará recursos para evitar que estos hechos queden en la impunidad y para evitar que nunca más ocurra lo que presumiblemente ocurrió en Consnipata” (sic), escribió en su cuenta en Twitter la autoridad.
Son al menos 35 policías que junto a la Fiscalía y personeros de esa cartera de Estado que se trasladaron en una caravana de motorizados hasta la población, donde algunos comunarios afirmaron ver al menor con los mineros.
Joel C.A. fue reportado como desaparecido por sus papás hace dos meses, cuando ellos fueron a la comunidad de Pusillani para participar de la fiesta patronal. Pobladores les dijeron que le pusieron serpentinas al menor, y dieron de comer y tomar, antes de enterrarlo vivo en la mina Cosñipata-Santa Bárbara.
El fiscal departamental de La Paz, William Alave, explicó a la prensa local que se investigará dónde está el niño. Dos investigadores fueron desplegados y constatarán efectivamente se enterró con vida al menor.
Según la madre de Joel, no es la primera vez que desaparecen niños en esa región donde funciona la mina de oro Cosmipata.
“Según los trabajadores de esa mina, anteriormente ya les han encontrado cadáveres, tres cadáveres dice que han encontrado”.
Aunque los sacrificios humanos no son frecuentes, los mineros hacen ofrendas de animales al Tío, un demonio, que habita las profundidades de los socavones.
Este ídolo de metal instalado en los profundo de la mina, recibe ofrendas en coca, tabaco, licor y serpentinas multicolores, además de sangre de animales, en una práctica extendida en el laboreo minero.
Con información de El Deber