El presidente Iván Duque está acostumbrando a los colombianos que lo que dice un día será negado al otro. Así como en campaña usó como caballito de batalla el cuento de que bajaría los impuestos, especialmente el IVA, y una vez en el poder presentó un proyecto para subirlo y aplicarlo a los productos de consumo básico como el pan, esta semana su equipo económico volvió a dar una voltereta para descartar la idea.
La polémica generada tras la propuesta de Duque encendió el debate sobre la honestidad del presidente y su jefe político, el ex presidente Álvaro Uribe, quien tardó poco en quitarle el piso al mandatario para aparecer como un mesías en el Parlamento asegurando que él no respaldaría la ampliación del IVA a los productos de la canasta familiar.
La presión social y la negativa de varios grupos parlamentarios terminaron obligando al presidente a descartar la medida que de haberse llevado adelante habría disparado la inflación.
El tema había generado fuertes tensiones después que el cuestionado ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla presentara en el Congreso la denominada Ley de Financiamiento, un eufemismo para la reforma tributaria que contemplaba esta impopular medida.
La excusa del gobierno para esta medida fue la necesidad de cubrir un hueco de casi 14 billones de pesos en el presupuesto de 2019, que está desfinanciado en rubros sociales de gran importancia para el desarrollo del país, entre ellos la cobertura en temas de salud, educación y hasta subsidios a la energía para poblaciones vulnerables.
La forma más expedita de conseguir buena parte de estos recursos faltantes era la ampliación del IVA a otros productos de la canasta familiar, decisión que le permitiría al gobierno recaudar el equivalente a 11 billones de pesos. Esto significaba pasar del 53 por ciento al 80 por ciento de productos de la canasta familiar gravados.
Pero esta medida planteada por el gobierno se convirtió en la peor pesadilla para el ministro Alberto Carrasquilla, quien decidió ponerle punto final a esta discusión y buscar con el congreso otras alternativas para lograr financiar buena parte del hueco en el presupuesto del 2019.
Los congresistas seguirán esta semana sus reuniones con el gobierno para definir las cuentas y proposiciones que permitan obtener la platita que el país necesita para funcionar el próximo año.
Entre las propuestas nuevas que han surgido está una presentada por el senador Aguilar, que busca reducir las sanciones por inexactitud en las declaraciones de renta que hoy pueden llegar al 160 por ciento, a una cifra entre el 15 y el 20 por ciento pues al haber mayor flexibilidad, el recaudo podría aumentar ya que en cifras tan altas se hace más difícil recuperar esta cartera. Con esta iniciativa, estima que se podrían recoger entre 3 y 4 billones, porque se trata de un principio de favorabilidad que permite mejores recaudos.
Para la representante Ortiz, el mayor esfuerzo a partir de este momento será analizar y tratar de incorporar las propuestas que le generen ingresos al fisco nacional, y reducir el grado de ambición de aquellas que buscan mayores exenciones pues eso significa un déficit más alto para el presupuesto nacional.
Con información de Semana