La historia comenzó por una publicación en un diario regional sobre las “Maravillosas casas patronales” en donde el empresario Raul Schuler abría las puertas de su hacienda La Punta. Una finca de 40 hectáreas junto a un bosque, lagunas, casa de 3.000 metros construidos y jardines con fuentes adornadas por estatuas clásicas.

Una de las estatuas en las fotos resultó ser “La República”, robada en el 2003 desde una plaza de Valparaiso. Un historiador la reconoció y contactó a la Brigada Investigadora de Delitos contra el Medio Ambiente y el Patrimonio Cultural que montó un operativo donde apareció ésta y varias más.

   

En el inicial show mediático no se nombró al propietario de la hacienda Raúl Schüler, un reconocido empresario agrícola de la zona de San Francisco de Mostazal -a unos 60 kilómetros de Santiago-  y quien deberá responder por receptación de bienes robados y violaciones a la ley de patrimonio.

Dentro de las obras se encuentran dos esculturas robadas desde el emblemático Cerro Santa Lucía en Santiago y dos cofres de plata robados seis años atrás de la Iglesia San Francisco.

También almacenaba en la casa patronal objetos prehispánicos como piedras y puntas de flecha, además de armas y artículos de la Guerra del Pacífico.

“Se encontraron diversas esculturas y estatuas, las cuales estaban sujetas a la Ley de Monumentos y que también habían sido reportadas anteriormente por el delito de hurto, motivo por el cual se procedieron a levantar e incautar”, declaró un fiscal a El Mercurio.

Tras la incautación no hubo detenidos, y Schüler, quien reinauguró la hacienda en agosto después de una larga restauración, deberá explicar a la justicia cómo obtuvo los objetos incautados.