La película aborda los temas de las drogas y el erotismo tal como eran en el mundo occidental en aquella época, razón por la que sufrió recortes y censura en varios países. Es considerada como una película de culto, en parte por la música compuesta e interpretada específicamente para la película por Pink Floyd y por su narrativa totalmente abierta hacia el consumo de drogas y el sexo libre, temas que la mayor parte de cineastas y productoras de esa época trataban de evitar.
Un joven alemán, Stefan Brückner (Klaus Grünberg), tras acabar la carrera de matemáticas, emprende un viaje que lo llevará a París. Allí conoce a Estelle Miller (Mimsy Farmer). A pesar de las advertencias que recibe de un amigo sobre Estelle, Stefan acepta la invitación de ésta de acompañarla hasta Ibiza. Allí se desarrollará una historia de amor libre y drogas. Un retrato de la escena hippie del momento en Europa centrado especialmente en la vida de las comunas en Ibiza.