El gobierno del centroderechista Sebastián Piñera cumple su primer año en Chile con más sombras que luces, impuestas por un desempeño económico mucho menor al prometido y una marcada falta de sintonía con las demandas de la calle.
En su discurso ante la coalición de partidos de derecha Chile Vamos, Piñera rescató como sus principales logros “poner orden en nuestra casa en materia de migración, enfrentar la grave crisis que afectaba a Carabineros de Chile”, como temas “urgentes” o “prioritarios” derivados de la gestión del gobierno anterior, junto a otros “poner a los niños en primera fila” de las prioridades nacionales, o la modernización tributaria que ha supuesto un “alivio tributario” según el presidente para la clase media y las PYMES, eliminando la burocracia a la que deben de enfrentarse.
Pensiones: Además, el mandatario destacó la reforma de las pensiones que fue enviada hace no mucho al Congreso “con un solo objetivo: mejorar las pensiones de todos y cada uno de los pensionados chilenos”, una de las demandas sociales de más larga data que arrastra el país. Piñera afirma que su propuesta, que eleva del 10% del sueldo que aporta el cotizante al 14%, con un 4% aportado por la empresa, beneficiará de forma inmediata a dos millones y medio de chilenos, aquellos más vulnerables que reciben el dinero a través de fondos solidarios.
“Esta reforma crea un segundo pilar solidario que no existía y que apunta a favorecer a las mujeres que están castigadas en nuestro sistema previsional por tener más lagunas, menos oportunidades de empleo, menos salarios, básicamente por la maternidad, por la crianza de los niños; a la clase media, que nunca ha recibido ayuda en materia de pensiones; y también a algo de lo cual tenemos que empezar a preocuparnos mucho más que son los adultos mayores no valentes y que requieren en la última etapa de sus vidas un apoyo especial”, señaló el sábado en su discurso, en una reforma cuyos resultados aún están por ver.
Economía y expectativas: Piñera destacó este rubro como un gran logro de su primer año de mandato y lo resumió de esta forma: “El año 2018 fue un buen año para Chile”, señaló, “porque volvimos a crecer. Un país que estaba, prácticamente, estancado y en los últimos lugares a nivel de América Latina. Crecimos 4%, encabezamos el crecimiento junto a algunos países de América Latina, superamos el crecimiento del mundo”, afirmó, destacando que se crearon 140.000 empleos estables y “batimos el récord en materia de creación de nuevos emprendedores”, con más de 130.000.
¿Sobreexpectativa de los ‘Tiempos Mejores’?
“Creo que el primer año de gobierno tiene más sombras que luces en términos de la propia gestión del Gobierno”, explicó a la cadena France 24 Mireya Dávila, analista del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.
Los avances en “la economía tampoco ha sido del todo prometedora”, dijo Dávila, por aspectos tanto nacionales como internacionales. En la campaña electoral, Piñera prometió la creación de 600.000 buenos empleos, es decir aquellos que cuentan con beneficios sociales.
En este punto coincide Germán Silva, analista político de la Universidad Mayor, columnista y escritor, y socio director de la consultora Equilibria. “La sobreexpectativa que generó el Gobierno terminó pasándole una cuenta muy grande. Su slogan ‘tiempos mejores’ terminó generando tal expectativa que se sobreprometió respecto empleo y crecimiento. Las cifras de empleo han sido bajísimas, han estado en torno al 7 o 7,1% durante todo el año, muy similar al gobierno de Michelle Bachelet y claramente aquí se esperaba mucho más en eso. El gobierno tuvo una entrada muy buena con el crecimiento, después ha ido bajando y se prevé que este año la cifra sea muy inferior”, dijo a este medio el analista para quien los ‘Tiempos Mejores’ pasaron a convertirse en ‘Tiempos Difíciles’’.
El primer año de Piñera ha estado marcado por una economía que no despegó al ritmo esperado y que se vio afectada por factores como la guerra comercial entre China y Estados Unidos. El no tan buen desempeño económico como esperado ha sido uno de los factores más importantes de la caída de Piñera en las encuestas.
Dávila ve un futuro un tanto sombrío en torno a este tema. “La tensión va a estar entre lograr la consolidación de la agenda del Gobierno y las demandas de quien respalda el Gobierno, los empresarios. Aquí hay una tensión que es difícil de resolver para el presidente pues tiene que tener mayor aprobación en la opinión pública y al mismo tiempo cumplir las expectativas de su sector”, afirma.
Pero no todos se mantienen con un tono tan negativo. “Creo que la mayor habilidad que tuvo este Gobierno fue ordenar el tema migratorio en este primer año”, explica a Silva. “En el último periodo de Bachelet se produjo una situación bastante compleja en esta materia y la verdad porque también se convirtió en un verdadero caballito de batalla que logró conectar con la xenofobia y la discriminación que parece ser rasgo de nuestra cultura chilena mucho más arraigada de lo que pensamos”, explica.
El Gobierno de Piñera impulsó una reforma migratoria que regulariza la llegada de inmigrantes, hizo cambios en las visas, favoreciendo la llegada de ciudadanos venezolanos a los que se les concede una “visa de responsabilidad democrática” y estableció visas de turista para los ciudadanos haitianos, lo que, en la práctica, ha disminuido de forma significativa la llegada de estos al país.
Errores de equipo, comunicación y agenda
En cuanto a las partes no tan positivas, “uno de los mayores errores es la elección de su equipo. Pese a ser la segunda vez que el presidente está en el poder y que por la tanto pudo haber aprendido bastante, durante los primeros seis meses hubo dificultades con los intendentes, fueron varios reemplazados de manera muy rápida, varios secretarios ministeriales regionales que duraron muy pocas horas en el cargo, y particularmente dos ministros, Gerardo Varela, ministro de Educación, que fue removido tras realizar declaraciones complejas y el fallido nombramiento de Mauricio Rojas, que es un ministro que duró menos de 90 horas en el poder después de que se supo unas declaraciones que había hecho sobre el Museo de la Memoria”, señala Silva.
Un punto en el que Dávila también coincide. “El Gobierno ha tenido la gran ventaja de tener una oposición disgregada y sin un proyecto político que permita tensionar al Gobierno”, aun así, “le ha costado instalar su proyecto político, el cual según se dijo, iba a llevarnos a una segunda transición. El Gobierno tampoco ha sido eficaz, a pesar de los esfuerzos, en controlar la agenda. No solo por errores comunicacionales importantes de algunos ministros, sino también por la propia característica del presidente de no sintonizar con un sentido común más progresista y que demanda mayor igualdad y derechos. El caso del asesinato del comunero mapuche Camilo Catrillanca evidenció esta incapacidad de controlar la agenda del Gobierno. Se abrieron múltiples flancos”, afirma la analista.
Y en esto coincide con la visión de Silva. “La principal dificultad del Gobierno fue el muy mal manejo del caso Catrillanca, el asesinato de este comunero mapuche, lo que le propinó un golpe mortal al plan ‘Impulso Araucanía’ y que era una de las grandes prioridades que tenía Piñera”, definida en uno de sus cinco grandes Acuerdos Nacionales. Este plan “se lanzó con bombo y platillo dos meses antes que ocurriera este asesinato y finalmente quedó bastante en entredicho”.
Agenda feminista… a propósito de la contundencia del 8M
A pesar de que Piñera, atento a lo que sucede en la calle, aprovechó en su discurso para sumarse a las demandas feministas, luego de que el 8M produjera en Santiago una de las manifestaciones más multitudinarias que se recuerdan desde la vuelta de la democracia y que congregó a cientos de miles de mujeres en todo el país pidiendo avances en materia de igualdad, este hecho marcó poca sintonía una vez más en su Gobierno.
“Ayer escuchamos fuerte y clara la voz de las mujeres en Chile y en el mundo. ¿Qué piden?, ¿qué exigen las mujeres de Chile? Básicamente, dos cosas. Primero, quieren y merecen tener plena y total igualdad de derechos, deberes y dignidad. Y segundo, quieren y, también merecen, tolerancia cero frente a todo tipo de violencia, de agresión, de acoso y de maltrato a las mujeres”, afirmó Piñera en apertura de su discurso señalando que el Gobierno ha creado una agenda de género que impulsa con fuerza, aunque es verdad que esta no se encontraba en el plan original en su campaña electoral y que ha sido más una respuesta adaptada a la demanda de los tiempos.
Seguridad ciudadana, protección a la clase media, descentralización, impulso económico y reformas al no menos complejo sistema de la salud y la salud privada en Chile son los lineamientos planteados por el Gobierno en 2019. Pero tendrá que seguir trabajando duro no solo para lograrlos, sino para que también se instale la percepción de una sintonía real con el público, en la calle, algo que claramente ha fallado en sus primeros 12 meses en el puesto.