Sebastián Piñera siempre ha sido conocido por su condición pragmática: el presidente chileno puede decir hoy una cosa y mañana contradecirse sin arrugarse. Para él lo único que ha importado está relacionado con el billete.
Un emblemático caso de su variopintismo sucedió una década atrás cuando compró el equipo Colo Colo pese a declararse hincha de Universidad Católica. Algo menor, dirán sus defensores, pero fiel reflejo de su personalidad socarrona.
No es menor que a pesar de haber ganado millones trabajando para la dictadura de Augusto Pinochet en su dudoso paso por el Banco de Talca, haya decidido votar en contra de la continuidad del dictador, algo que nunca le han perdonado en el ala más dura de la derecha.
Hoy, ese ni chicha ni limoná vuelve a aparecer en escena: el empresario se encuentra en una visita oficial a China donde defendió muy suelto de cuerpo que su país mantenga relaciones diplomáticas con el régimen comunista dirigido por Xi Jinping.
“Llevamos 50 años de relaciones diplomáticas con China. Cada uno tiene el sistema político que quiera darse. Lo que importa en este caso es que entre China y Chile estamos buscando, con pragmatismo, caminos, colaboración que beneficia a ambos pueblos”, aseguró el mandatario en conversaciones con la prensa.
La gira, que también incluirá una visita a Corea del Sur, tiene en el centro las inversiones en telecomunicaciones, un tema sensible en tiempos de guerra comercial y tensiones en general entre Washington y Pekín.
“Chile tiene relaciones no solamente diplomáticas, sino que, de amistad con todos los países del mundo, y las tenemos con Estados Unidos, las tenemos con Europa y también las tenemos con China”, remarcó Piñera
Durante el encuentro entre Piñera y Xi Jinping, los mandatarios firmaron un acuerdo con una hoja de ruta estratégica para 2019-2022, en el que se incluye el trabajo en 14 iniciativas en materias como economía y comercio, transporte, política, ciencia y tecnología, innovación, agricultura y telecomunicaciones.
Además, suscribieron un acuerdo sobre defensa comercial y un protocolo para la exportación de peras desde Chile hacia China.
Acompañado de una comitiva con fuerte presencia empresarial, Piñera inició su viaje diez días después de que el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, advirtiera en Santiago sobre “las trampas” comerciales del gigante asiático.
“Chile tiene independencia de esta guerra comercial que tienen Estados Unidos y China, y también tiene una muy buena relación”, con ambos países, afirmó la ministra vocera de gobierno Cecilia Pérez.
Pompeo había advertido a “los líderes de América del Sur” que China y Rusia “están apareciendo en la puerta, pero una vez que entran en la casa, ponen trampas, hacen caso omiso de las reglas y propagan el desorden”.
Frente a la presión de Estados Unidos, primer inversor en Chile, el gobierno de Santiago eligió mantenerse al margen de la pelea entre Washington y Pekín, su principal socio comercial.