La Democracia Cristiana (el partido al que Víctor Jara le dedicó Ni Chicha ni Limoná) dio muestras de que desde 1973 poco y nada ha aprendido sobre el sentido de la democracia. La tienda decidió remover de la presidencia de la Comisión Trabajo al diputado Raúl Soto, una decisión motivada por su rechazo a la propuesta de legislar o acoger el proyecto Reforma de Pensiones enviado por el Gobierno y que contó con el apoyo de otros DC.
Soto fue reemplazado en una determinación nada democrática por el diputado Gabriel Silber.
Pero soto no fue el único decente que voto en contra del proyecto del Gobierno, también lo hizo el diputado Víctor Torres, ahora considerado un paria por el raro partido que a ratos de oposición y a ratos oficialista, bueno como ha sido el comportamiento histórico de eta colectividad, zigzagueante…
El diputado Raúl Soto confirmó la situación a la prensa local, señalando que “entiendo que el jefe de bancada Gabriel Ascencio en una actitud matonesca, de poca monta, de la vieja política que queremos erradicar en nuestro país, ha mandado una carta a la mesa solicitando mi reemplazo de la Comisión de Trabajo”.
Soto denuncia que la decisión de Ascencio en sí es un acto “totalmente ilegítimo, porque si bien el cupo en la comisión es de la bancada, el cargo de la presidencia de la comisión, que yo estoy ejerciendo, es elegido de manera democrática por mayoría de los parlamentarios que la componen. En ese sentido creo que tengo el total respaldo de la normativa vigente para poder mantenerme ahí. La bancada no me puede sacar porque fui electo democráticamente y por tanto me voy a mantener en mi cargo hasta último momento”.
El parlamentario explicó ademas que: “Entiendo que es una actitud que no tiene fundamento jurídico porque no es facultad del jefe de bancada remover a un presidente de comisión que ha sido electo legítima y democráticamente por los miembros de esta”.