Los primeros afectados por los aranceles que impondrá el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a “todos los bienes” de México no serán los consumidores mexicanos, sino los estadounidenses.

Este 30 de mayo, Trump advirtió que su gobierno impondrá 5 % de aranceles a partir del 10 de junio, si no hay una reducción de la inmigración ilegal. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador le respondió que los problemas sociales “no se resuelven con impuestos o medidas coercitivas”.

Los consumidores en Estados Unidos serán quienes paguen el aumento de precio de los productos mexicanos que llegan a su mercado, sobre todo automóviles, maquinaria, instrumentos médicos, además de productos agrícolas como verduras y frutas.

En principio, afecta más al consumidor de los Estados Unidos, antes que en México, porque la línea de producción de los productos agrícolas va a ser la primera afectada para el consumidor estadounidense.

En comidas, frutos, verduras, es donde va a haber aumento de precio, en segundo lugar la ropa y en tercer lugar las piezas automotrices.

Los importadores de productos y alimentos no van a absorber los incrementos, sino que lo van a trasladar al consumidor, por lo que esos impuestos van directamente al bolsillo de los gringos.

Los segundos afectados serán las empresas y productores mexicanos, pues no todos podrán absorber los costos extras de importación.  

Para muchas empresas medianas el costo adicional de exportar les va a quedar fuera de su presupuesto y de sus números. 

Aunque también hay una gran industria que sufrirá las consecuencias de los nuevos aranceles: la automotriz, pues tiene un apretado margen de utilidad. Los aumentos implican costos mayores a los autos que compra el estadounidense si adquiere un nuevo auto, mayormente fabricados al sur de la frontera.

En el sector automotriz el aumento de los aranceles es catastrófico, en comparación con la producción de alimentos.

Y ¿qué pasará con los productos que ya no se puedan exportar a México? Varios analistas han señalado en la prensa mexicana que tendrían que quedarse en México para consumirse en el mercado interno pero a un menor precio, lo que resulta en menores ganancias.

Un ejemplo es el aguacate. Los productores mandaban más al mercado de Estados Unidos y menos al mercado interno. Si el consumidor de Estados Unidos no quiere pagar más por los aguacates, en México el consumo de estos productos será más barato. Puede ser que sea mejor para el consumidor mexicano en el corto plazo.

Una de las primeras consecuencias que tuvo el anuncio de Trump para la economía mexicana fue que el peso perdió terreno frente al dólar y se vendió en más de 20 pesos.

En ventanillas bancarias el dólar se vendió hasta en 20.05 pesos, 60 centavos más que este jueves cuando la divisa finalizó la jornada en 19.45 pesos..

Esto genera un tercer afectado: los importadores de productos, pues al subir el dólar el costo de las mercancías que vienen del extranjero aumenta. 

Con la imposición de aranceles, México tiene dos caminos, según los académicos y economistas: una oportunidad para mirar hacia otros países y regiones y sacar provecho de los 12 Tratados de Libre Comercio que tiene con 46 países.

El otro camino es fortalecer su mercado interno y regresar al modelo de sustitución de importaciones.

Así, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tendría que aplicar también aranceles a productos de Estados Unidos, además debería impulsar el modelo de sustitución de importaciones para promover el desarrollo económico.