Todos los reportes de la Asamblea Nacional de Venezuela, de firmas independientes y estimaciones del Fondo Monetario Internacional apuntan hacia el mismo foco: Nicolás Maduro habrá consumado su objetivo de reducir el índice hiperinflacionario al cierre de 2019. Lo que antes se estimaba en 10 millones, ahora se reduce a 1 millón por ciento, según el FMI. La agresiva política monetaria del régimen socialista ha conseguido que la variación del índice de precios sea menor en comparación al 2018. Pero a costa de castigar el consumo. De más hambre. Y más crisis. Porque la crisis no se ha terminado.

La Asamblea Nacional reporta un descenso importante en el índice de precios. Mientras que en enero de 2019 la inflación alcanzó 191,6%, en febrero el indicador comenzó a caer de manera sensible, pasando a 53,7%. Luego en marzo, cuando ocurrió un apagón generalizado, la inflación continuó su descenso hasta 18,1%. En abril volvía a tomar fuerza alcanzando 44,7%, pero todavía muy lejos de los tres dígitos. En mayo se desaceleró hasta llegar a 31,3%, mientras que en junio, el reporte fue de 24,8%. La variación acumulada fue de 1 155%, en tanto que la variación anualizada fue de 445 482%.

Mientras tanto, el Fondo Monetario Internacional ha recortado sus previsiones sobre Venezuela en cuanto a la inflación, pues la estimación bajó de 10 millones a 1 millón por ciento al cierre de 2019. Pero también contemplan una contracción del Producto Interno Bruto de magnitudes históricas: 35 por ciento. “En la región no hemos visto una contracción de este tipo en la historia reciente”, dijo en conferencia de prensa Alejandro Werner, director del FMI para el Hemisferio Occidental.

Werner admite que “La inflación mensual ha ido bajando por las acciones recientes del Banco Central”.

Y si bien es cierto que la hiperinflación se ha desacelerado notablemente, también es rigurosamente verdadero que la caída en el indicador ha sido producto de una agresiva política monetaria contractiva que empezó con el incremento del coeficiente encaje legal (57%) y del encaje legal sobre reservas marginales (100%) a la banca, lo que provocó un severa contracción del cŕedito y del consumo, en una economía que ya tiene cuatro años de caída del Producto.

Así las cosas, intentando abatir la hiperinflación, Maduro solamente ha conseguido más crisis. Más hambre. Y más rechazo hacia su gestión.