Agnès Varda traza un retrato autobiográfico en este documental absolutamente delicioso. Lejos de hacerse pesado o aburrido, Varda enlaza graciosamente sus memorias -que a veces se tornan más íntimas, otras más livianas y anecdóticas- a través de las visitas y los recuerdos a las playas protagonistas en su vida. Desde la playa que visitaba en su niñez, hasta algunos escenarios de sus películas. Fotos, recreaciones en las playas, y metraje inédito con tomas falsas o metraje descartado completan unas memorias tan singulares como apasionantes. Dice Varda, entre humilde y divertida, al principio, cuando nos presenta el film: «Tengo el papel de una viejecita que cuenta su vida».


Vía Archive.org

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