La banda boliviana Charango presenta ‘Noche 3’, su nuevo álbum, el 17 de agosto en el Centro Cultural Seoane, en Santa Cruz de la Sierra con una variada lista de invitados para la celebración.
Por Mada Primavesi
Se llama Noche 3 y es el tercer disco de Charango, banda cruceña activa desde hace casi 15 años que tiene dos discos anteriores, el EP homónimo del 2007 y Radio insecto del 2010. El proyecto iniciado bajo el liderazgo de Cristóval Ulloa ha conseguido armar una consistencia sonora desde sus inicios que logra ponerse en evidencia en su última placa que será presentada con un concierto el sábado 17 de agosto en el Centro Cultural Seoane (C. Seoane #123) de Santa Cruz.
“Siempre hubo una visión de cómo debían sonar las canciones, por otro lado el momento que uno empieza a encarar un álbum eso de por sí funciona como aglutinador de ideas viejas y nuevas y sobre cómo (las ideas) se van trabajando. Por último, las letras, uno va cambiando y por ende la forma de escribir cambia, en mi caso creo que me cuesta menos que antes, pero aun así me cuesta muchísimo escribir”, explica Ulloa, músico con formación en arquitectura, quien en la actualidad se desempeña como lutier y que además da sus primeros pasos en el tatuaje.
Junto a Ulloa, son parte de la banda su hermano Toño, Sebastián Guerrero, Juan Rodríguez y Kathia María Simón. Noche 3 fue grabado y mezclado por Josué Zúñiga en UMC estudios en Santa Cruz. La masterización estuvo a cargo de Marcelo Navia en Lado B, en La Paz.
“Charango está en constante metamorfosis desde que los chicos empezaron hasta la formación actual. Se contó con varios amigos que colaboraron en la grabación, esto hace también que sea una propuesta súper ecléctica. Cada cabeza le imprimió un poco de sí al disco, hay canciones de Toño, mías y de Cristóval. Tuvimos bastante libertad al momento de componer”, relata Kathia Simon.
En Noche 3 también participaron músicos invitados como María Fernanda García (ex integrante) y en la batería Disvania Pérez y Carlos Andrés Mercado. Lo cierto es que a los chicos de la banda nada los apuraba, se tomaron el tiempo para lograr sonar como querían sonar, con un proceso compositivo paciente y prestando atención a los detalles. Algo que se agradece en tiempos de formulitas.
“Sí, puede tardar años [un disco], pero eso no significa que uno ande pensando en una solución creativa todo ese lapso de tiempo. Más bien tiene que ver con mantener la memoria fresca e ir relacionando ideas hasta que la antena te indique ‘esto es”, apunta Ulloa, para quien había una importancia mayor en cuanto a poder tocar en vivo y darle al público una experiencia mucho más exquisita.
El frontman de la banda explica que el afán de reparar en los detalles para tener un mejor performance en vivo tiene que ver con la búsqueda de conexión con el público. “Si bien uno pasa por una etapa compositiva dentro de un circulo interno de la banda, al final las canciones terminan siendo de la gente. Las tocadas en vivo buscan lograr la relación directa entre nosotros, la música y la gente”, finaliza Ulloa sobre los próximos conciertos que serán parte de la promoción del disco por el país.
Los años 2000 y el indie cruceño
A mitad de la década de los 2000, el underground cruceño se desmarcaba del circuito del rock nacional con una naciente movida indie, impulsada desde el “hazlo tú mismo” y por el mercado pirata que era nutrido por sonidos nuevos que llegaban desde Chile, Argentina y España: Proyecto 4 ojos, Mastodonte, Audiofeelings, Ella escucha voces, Un millón de veces, DonAdelkhy y Meo, entre otros nombres de agrupaciones, mostraban diversidad sonora y también bebían de variadas influencias, muchas de ellas desde el punk, lo electrónico y lo experimental.
De esta manera, mientras la escena musical en Santa Cruz seguía mirando con nostalgia hacia los ochentas y los escenarios presentaban acordes más cercanos a Sweet Child of Mine (Aerosmith) Charango se acercaba más al “under” , y no era casualidad que el primer público de la banda fueran jóvenes y concretamente la escena punk cruceña.
Charango surgió en esa época. El ilustrador Pablo Miño inició junto a Sebastián Guerrero (tecladista) y Cristóval Ulloa el proyecto llamado Decepticones, antecedente directo de la banda que se prepara para presentar ahora su tercera placa. Melómanos de manual, los fundadores decidieron llamar al proyecto Charango por el disco de Morcheeba, banda de trip hop, género que se encontraba en apogeo.
“De pronto tenías a estos dos tipos (Cristóval Ulloa y Sebastián Guerrero) que aparecían con tres computadoras en escenarios, era una aberración loquísima, estos dos locos con sus monitores VGA gigante, tirando bases electrónicas y laburando con loops, una precariedad enorme que le daba un encanto pero a la vez como un filo, me entendés?”, explica el Miño.
“Con el filo me refiero, a esta memoria del “ethos punk”: con salir y hacer las cosas. Lo recalcaré, estábamos acostumbrados todavía a alabar a los “velocistas de la guitarra” y todo el asunto del show. Y a quienes invitaron los Charango para el disco Radio Insecto? A los Don Adhelky, las bandas que venían del otro lado, del under, de la contra cultura. En un momento se estaba intentando generar un “mainstream”, alguna gente hablando de industria y mercado, y de pronto el under solo quería romperlo todo, salir y gritar: No me siento representado (canción de Don Adhelky)”, dice Miño, frontman de la banda La Luz Mandarina.
Miño se pregunta, ¿Qué es Charango? ¿Es una banda electrónica? ¿Es indie-rock?.
“Y eso es lo lindo, Charango es inclasificable. Van a odiarme pero me parecería que ideológicamente es una banda punk porque siempre hacen lo que le da la gana. Son una leyenda”, remata Miño.
Lo cierto es que después de casi 15 años Noche 3 llega nuevamente como el tercer álbum de la banda. Los hermanos Ulloa, formados en la guitarra desde pequeños muestran con pericia su talento que unido al de Rodríguez, parte de la Orquesta Sinfónica de Santa Cruz- y Simon, quien tiene un libro de poesía, conforman el trabajo que está disponible para la escucha en las plataformas de Spotify y Soundcloud.
“De niño siempre tuve una afinidad con la música, no sabía tocar ningún instrumento pero sí cantaba y escuchaba los discos que habían en mi casa”, indica Toño Ulloa, el menor de los hermanos, quienes estuvieron cerca de la música desde siempre, ya sea por su familia o porque en Vallegrande -aunque no muchos lo conocen- existe una tradición en cuanto a la canción, la música y las guitarras.
Noche 3 tiene nueve canciones, se encuentra libre de escucha por diferentes plataformas virtuales y para más información pueden ingresar al sitio oficial de la banda en Facebook.