La movilización social que tiene a Chile convulsionado y a punto de reformar su Constitución como una salida para pacificar al país comenzó con un alza en el precio del transporte que derivó en evasión de un grupo de estudiantes. Durante una semana la protesta creció hasta terminar en una noche con los militares patrullando el país y cuatro semanas de protestas.

Iván Duque teme que algo similar pueda pasar en Colombia este 21 de noviembre, cuando se celebre el Paro Nacional convocado por distintos sectores de la sociedad. 

Anticipándose a eso, el presidente hizo un llamado a la ciudadanía a no aceptar la anarquía ni la violencia.

El presidente afirmó que la protesta social es “un mecanismo de expresión, contemplado en la Constitución” y que en la democracia “son permisibles las diferencias, los reclamos y las exigencias”. Sin embargo, puso de presente: “No podemos aceptar los llamados a la anarquía ni a la violencia”.

Agregó que los gobernantes deben analizar las expresiones de inconformidad y tomar correcciones, pero invitó a la ciudadanía a no dejarse llevar a la destrucción. “Hemos visto cómo en algunos países han acabado lugares de trabajo de la gente y han destruido mecanismos de transporte de los más necesitados”, refirió el presidente.

Así mismo, hizo énfasis en que Colombia es “un país que reconoce el derecho constitucional a la protesta pacífica”, pero recalcó que también es un “Estado de Derecho que tiene que ser siempre implacable con quienes quieran apoyar la violencia o a la transgresión de la ley para pretender doblegar las instituciones”.

Durante una rueda de prensa en Bogotá, las principales centrales obreras, incluido el magisterio, invitaron a rechazar las que consideran políticas “neoliberales” de Duque, y a marchar en defensa de la “vida y la paz”, frente al rebrote de violencia en el país tras el acuerdo de paz de 2016 con la guerrilla de las Farc.

Sin embargo, ayer el presidente resaltó la importancia de la reunión de este martes con la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Laborales y Salariales.

“Valoro que ayer, centrales obreras como la CGT (Confederación General del Trabajo) o la CTC (Confederación de Trabajadores de Colombia) manifestaron el rechazo absoluto a la violencia y a la incitación de la violencia, porque los que quieren convertir la protesta social en un mecanismo de violencia, de pandillaje o de vandalismo son los que pretenden exacerbar sentimientos de odio en la sociedad; y eso no lo podemos permitir como sociedad”, aseveró el mandatario.

Días antes de la marcha, Duque dejó claro que “no ha presentado ninguna reforma pensional y no ha presentado ninguna reforma laboral”.

Añadió: “No solamente estoy en desacuerdo, sino que rechazo la idea de algunos de reducir el salario mínimo. Este gobierno rechaza esa sugerencia”.

También señaló que su Gobierno “rechaza la idea de pagarles a los jóvenes por debajo del salario mínimo, porque sería pauperizar el trabajo de los jóvenes”.

El presidente, de la misma manera, dijo categóricamente “que nosotros no estamos proponiendo aumentar la edad de pensión ni aumentar la cotización.

Así, el mandatario afrontará una nueva protesta en medio de la convulsión social que, sin denominador común, ha sacudido al continente desde Ecuador hasta Chile, pasando por Bolivia.