Parece un chiste de mal gusto: después del lapidario informe sobre las violaciones humanos de parte de la policía chilena entregado por la ONU -en el que se registran las graves lesiones oculares a por lo menos 300 chilenos- el director de la cuestionada institución se mostró sorprendido porque sus compatriotas no los quieran.

Mario Rozas, general director de los Carabineros de Chile, fue a pasear al hospital de la policía -que sólo atiende policías en un régimen de beneficio- y desde allí condenó que 87 de sus subalternos hayan sido lesionados en las últimas horas durante la represión a las protestas que ya suman 57 días.

“La verdad es que uno no termina de sorprenderse del grado de violencia inusitada con la que estos delincuentes, estos desgraciados e infelices nos están atacando”, expresó.

Rozas aprovechó la instancia para “rendir homenaje a carabineros que en forma muy digna, con mucha vocación de servicio, están manteniendo el orden y la seguridad”.

Durante la tarde del viernes, se vivió una nueva jornada de manifestaciones en diversos barrios de Santiago.