Además, detalla que, tras un acuerdo alcanzado en octubre de 2019, la USAID ha comprometido 128 millones de dólares para “ayudar” a Guaidó y la Asamblea Nacional en desacato “a seguir desarrollando planes para recuperar la economía e implementar servicios sociales durante una transición a la democracia”.
En el documento, publicado en diciembre, la agencia norteamericana reconoció también haber asignado fondos para “compensación, costos de viaje y otros gastos para algunos asesores técnicos de la Asamblea Nacional y la administración interina de Guaidó a través de fondos de asistencia”.
Ya en septiembre del año pasado, la agencia estadounidense informó que entregaría 52 millones de dólares para apoyar al líder opositor, con el fin de “restaurar la gobernanza democrática” en el país sudamericano.
La plata no aparece
El pasado 29 de noviembre, el exembajador designado por Guaidó en Colombia, Humberto Calderón Berti, acusó al “entorno” de Guaidó por irregularidades en el manejo de los fondos destinados a la ayuda humanitaria. “Las autoridades colombianas me dieron la alerta y me mostraron documentos donde se hablaba de prostitutas, licor, mal manejo de recursos, doble facturación, facturación ficticia”, afirmó.
Estas acusaciones mutuas de corrupción y opacidad en el manejo de los recursos fue lo que contribuyó a acelerar la fractura a lo interno de las filas opositoras, que devino en el nuevo conflicto legislativo que se vive en Venezuela, donde dos sectores del antichavismo se atribuyen la presidencia del Parlamento.
Por su parte, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha afirmado que Guaidó “maneja millones de dólares” de los fondos bloqueados por EE.UU. a Venezuela, que son usados por el parlamentario opositor para impulsar sus planes “terroristas” en el país.