Los problemas para la derecha chilena no paran y en medio del estallido social que ha empujado al gobierno a convocar a un plebiscito para cambiar la constitución de Pinochet -muy favorable para ellos-, un grave escándalo de corrupción sacude a la Unión Democrática Independiente (UDI), el partido de los amantes del general y principal socio de Sebastián Piñera.
La cosa comenzó cuando aparecieron unos audios donde el ex diputado Gustavo Hasbún decía a un empresario que iba a intermediar con el Ministerio de Obras Públicas. “Pero eso vale plata”, advertía.
De ahí en adelante el escándalo creció, involucrando al ministro Lucas Palacios, también de la UDI, quien dijo no tener relación con el diputado que andaba ofreciendo sus servicios de “lobista” y decidió congelar su militancia en el partido.
Tras esto, la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, respaldó al exdiputado Hasbún, en medio del proceso que lo tiene como imputado en la investigación por cohecho y tráfico de influencias.
Y claro, su partido, que va de moralista, puso el grito en el cielo.
Varios diputados de la colectividad marcaron distancia de su postura. En una entrevista con El Mercurio, la senadora dijo que le cree “absolutamente” a Hasbún, quien ha endosado toda la responsabilidad al empresario de la región Bruno Fulgeri, el otro protagonista del polémico audio que destapó el caso. “Es una lástima que se haya involucrado a Palacios, porque él, el seremi del MOP, Henry Leal y Hasbún son víctimas de que se está tergiversando la realidad, lo que espero quede probado en tribunales”, dijo.
El respaldo de Van Rysselberghe llamó inmediatamente la atención, considerando que previamente algunos parlamentarios de la UDI como el senador Víctor Pérez sostuvieron que el exdiputado Hasbún debe dar explicaciones por “sus actuaciones equívocas” y el diputado Jorge Alessandri señaló que debe aclarar al país “a qué se dedica”.
Ahora, tras conocer la defensa de Van Rysselberghe al exparlamentario, el diputado Guillermo Ramírez pidió que “dejemos que la justicia haga la pega”. “Lo que cada uno crea es legítimo, pero poco relevante para efectos de generar convicción en la opinión pública”, comentó a El Mercurio.
En tanto el diputado Javier Macaya, rival de Van Rysselberghe en las últimas internas del partido de Pinochet, sostuvo que los políticos debieran evitar comentar acciones judiciales, en un claro llamado de atención a la presidenta de la colectividad.
“Nos hemos hecho especialistas los políticos de ser comentaristas de situaciones que tienen que ser investigadas en lo judicial”, sostuvo.
Entrevistado en T13 Radio, Macaya añadió que “cuando uno se tira con teorías, y dice ‘le creo’, o ‘pongo las manos al fuego’, al final del día lo que uno tiene que hacer es esperar que las instituciones funcionen”.
La presión fue tal que llevó a Hasbún a congelar su militancia en el partido mientras se defiende en la justicia. Otro dolor de cabeza para Sebastián Piñera.