Jair Bolsonaro no quiere decir que se equivocó y en ese orgullo se puede ir la vida de millones de brasileños. En su rescate, paradójicamente, aparecieron los narcos a quienes dijo perseguir.
A través de sus redes sociales, los traficantes de armas y drogas han impuesto el toque de queda en distintas comunidades de Rio de Janeiro para evitar más casos de COVID-19.
“¡Atención a todos los residentes de Rio das Pedras, Muzema y Tijuquinha! Toque de queda a partir de hoy 20:00 hrs. ¡Quien sea visto en la calle después de este tiempo aprenderá a respetar a los demás!”, dice una de las publicaciones. “Queremos lo mejor para la población. Si el gobierno no tiene la capacidad de arreglarlo, el crimen organizado lo resolverá”.
La policía del país aún no ha brindado declaraciones de este insólito suceso.La información proviene del medio G1, parte de la red Globo.
El estado de Río de Janeiro totalizó 191 casos del virus en la tarde de este lunes 23, según el Departamento de Salud del Estado. Tres muertes por Covid-19, una enfermedad causada por el nuevo coronavirus, se registraron en el lugar y otros 10 están siendo investigados.
Temen explosión de casos en favelas
El coronavirus llegó a Río de Janeiro a través de viajeros de los países más afectados, que lo expandieron en los barrios más turísticos, pero ya está en las favelas, donde más de un millón de personas viven hacinadas, sin infraestructura sanitaria y pocos servicios médicos, y donde es casi imposible aplicar consignas como el “distanciamiento social” y el confinamiento total tendría un impacto devastador, ya que la mayoría de sus habitantes son trabajadores informales.
La ironía es que la enfermedad fue llevada por los ricos a Brasil, pero va a explotar entre los pobres.
Brasil tiene hasta hoy 1620 casos positivos, con 25 muertos. En Río de Janeiro hubo 186 casos, con dos muertes. La alarma en las favelas se desató el sábado, al confirmarse el primer caso de Covid-19 en Ciudad de Dios, la favela carioca que ganó fama mundial gracias a la película de Fernando Meirelles.
En muchas de las “barracas” de la favela, viven hasta diez personas, con lo que la cuarentena puede ser una verdadera odisea. En una campaña de prevención especialmente dirigida a las favelas, la municipalidad de Río recomienda aislar en un cuarto a toda persona bajo sospecha de contagio. Si la vivienda “tiene solo un cuarto, la orientación es que las personas contagiadas debe intentar permanecer a un metro de distancia de los demás residentes”, sostiene la campaña.
Las estadísticas oficiales muestran que la mayor parte de las casas de las favelas tiene dos o tres espacios, con cinco a ocho habitantes. ¿Cómo aislar a una persona contagiada en esas condiciones?
La falta de infraestructura básica también complica las medidas de prevención. “Nos dicen que hay que lavarse las manos siempre, pero ¿cómo hacerlo cuando hay cortes constantes de agua potable? ¡No vamos a lavarnos las manos con agua mineral!”, dijo a la prensa internacional Vania Ribeiro, de la asociación de vecinos de la favela Tabajaras y Cabritos, que “cuelga” de un morro a la altura de Copacabana.