Si algún ingenuo aún creía que la crisis venezolana podría tener una salida pacífica o al menos negociada, Estados Unidos acaba de cerrar esa puerta para siempre al ofrecer una millonaria recompensa por Nicolás Maduro como presunto miembro de una red de narcotráfico. 

Aunque la mediación de gobiernos extranjeros y hasta del Papa solo sirvieron para dar aire al régimen en sus peores momentos, algunos sectores aún creían en que el régimen podría ceder a una salida relativamente en calma, con Nicolás Maduro abandonando el poder para asilarse en uno de sus países aliados. 

Hoy, sin embargo, esa posibilidad no solo es remota sino imposible: aferrarse al poder se ha convertido en un asunto de vida o muerte para los altos mandos del chavismo, que no verán con entusiasmo ninguna posibilidad de elecciones libres dado que la eventual pérdida del poder sería igual a un encierro de por vida. 

Claro, la culpa de esto no es precisamente de Estados Unidos como quiere hacer ver el gobierno de Maduro: las evidencias sobre su complicidad con el narcotráfico no son un “montaje del imperialismo” ni producto del “racismo” como dijo Maduro tras la oferta de recompensa.

Sin embargo, sí son un paso adelante hacia la intervención militar, pues validan la captura del propio presidente como un enemigo público de Estados Unidos al mismo nivel que Osama Bin Laden. 

Tras la declaración, Maduro salió a defenderse como siempre, balbuceando y en medio de frases hechas aseguró que “auí estamos nosotros dispuestos a combatirlos en todos los terrenos”.

En un deja vu aburrido, el líder bolivariano dijo que el plan magnicida de Cliver Alcalá Cordones falló “porque lo hicimos fracasar”.

Maduro se refirió al mayor general Cliver Alcalá Cordones como un “traidor y narcotraficante” por haber dirigido desde Colombia un plan magnicida en su contra.

“Tenían el plan de asesinarme. Estamos listos para el combate. Somos guerreros. A Cliver Alcalá le echaron el pajón porque lo hicimos fracasar. ¡Traidor, narcotraficante, así te paga el diablo!”, dijo, justificando que Estados Unidos incluyera al militar en la lista de involucrados con el Cartel de los Soles.

Así reaccionó Maduro a las declaraciones que Cliver Alcalá dio a una emisora colombiana, en las que aseguró haber firmado «un contrato» con Juan Guaidó y «asesores norteamericanos» para promover operaciones en contra de Maduro.

El mandatario aprovechó para comentar las últimas acciones de la Administración de Donald Trump en contra de su régimen, y aseguró estar dispuesto a «combatir» cualquier intento para derrocarlo.

«El Gobierno de Trump, en una acción racista, le puso precio a la cabeza de nosotros. Aquí estamos nosotros dispuestos a combatirlos en todos los terrenos. ¡Eres un miserable, Donald Trump!», exclamó.

No obstante, reiteró su llamado al diálogo con la oposición venezolana, e insistió en la mediación de la Iglesia Católica a través de la Nunciatura.

«Yo invito al G3, al G4, al G5, a Manuel Rosales, a Ramos Allup, a dialogar. Somos gente de paz. No nos van a sacar de nuestro centro. Queremos diálogo y paz», expresó.