(..) Un hombre y dos mujeres, en un barco en altamar. Cansados, paran de remar, abandonándose a la propia suerte. A la deriva, recuerdan el pasado. Esta trama simple es de la película Limite, de Mário Peixoto, una referencia del cine brasileño. El mitológico largometraje fue lanzado en 1931 e inspiró a otros creadores a realizar trabajos fuera de las convenciones narrativas adoptadas internacionalmente, y a buscar un lenguaje nuevo y coherente con la cultura brasileña. La película encantó a críticos y a espectadores europeos, incluso al cineasta soviético Sergei Eisenstein y representa, al lado de Ganga Bruta, de Humberto Mauro, el ápice del cine mudo nacional.
